El barrio 19 de Febrero se siente sumido en el olvido

Renovaron el reclamo por el estado de las calles, la falta de limpieza, olores y luminarias rotas

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Calles por las que se hace imposible circular en auto sin quedarse encajado; plazas sin cuidados; basura desperdigada por la vía pública; penetrantes olores que se perciben en diferentes sectores por las “cloacas a cielo abierto”; roedores; y perros vagabundos rompiendo las bolsas de residuos que nadie retira. Esas son apenas algunas de las falencias con las que, según denuncian, tienen que convivir los vecinos del barrio 19 de Febrero, donde dicen sentirse “olvidados” por la admnistración comunal.

Ayer, después de meses esperando que empiecen a llegar las soluciones, frentistas de la zona retomaron su reclamo para que las autoridades mejoren las condiciones del barrio. Es que hace seis meses, como publicó entonces este medio, salieron a la calle a realizar distintos reclamos vecinales. Los arreglos no solo no llegaron sino que, al decir de Delia López (76) están “cada vez peor”.

Situado en un triángulo comprendido entre las calles 690 -traza por donde corría el ferrocarril CGBA entre González Catán y el Puerto La Plata-, la calle 117 y la avenida 90, el barrio incluye una decena de hectáreas de espacios verdes con escaso o nulo mantenimiento, descampados y casas particulares, entre zanjones pluviales que tributan al vecino arroyo Maldonado y calles de tierra o calcáreo en pésimo estado.

“En la esquina de 690 y 120, por ejemplo, hay cada día más basura”, denuncian. Y agregan: “No vienen a limpiar y las calles están imposibles. Ni siquiera les tiran un poco de piedra para que los días de lluvia podamos salir. Da lástima ver a los chicos cuando van a la escuela llenos de barro”, apuntó Francisco, otro vecino de la zona.

“Hay un arroyito que atraviesa el barrio. Hace cinco meses que se cayó un auto adentro y está tapando la salida del agua y no vienen a removerlo”, dijeron en la zona donde durante la trágica inundación del 2 de abril de 2013 el agua alcanzó 1,80 metro en las casas y mucha gente perdió todo.

En el sector de 118 y 88 también apuntaron sentirse abandonados a su suerte. “Nos cobran impuestos como a todos los vecinos, pero no recibimos ninguna atención por parte del Municipio”, insistieron.

La placita del barrio también es motivo de inquietud, por la falta de cuidados en el mobiliario y los juegos.

El complejo habitacional del Este platense fue construido a partir de una donación que entregó en 1986 Conrado Storani, ministro radical de Acción Social de la Nación, al club 19 de Febrero. La entidad encargó la urbanización a una empresa que quebró y la dejó inconclusa, sin división formal de tierras ni escrituración. A los “ponchazos”, desde inicios de los ‘90, se fueron completando y poblando 200 viviendas.

 

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