Cristina dosifica sus apariciones y se aferra al libreto de campaña

En el kirchnerismo piensan que están arriba en las encuestas y buscan evitar contratiempos

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Por MARIANO SPEZZAPRIA

Prácticamente no aparece en los spots publicitarios de la fuerza política que armó para presentarse a las elecciones. Tampoco asiste a los medios de comunicación ni da conferencias de prensa. Cristina Kirchner protagoniza una campaña curiosa, en la que su candidatura no es el eje del proselitismo sino el mensaje a los potenciales votantes, a los que se llama a “castigar” al Gobierno.

La estrategia de la Unidad Ciudadana kirchnerista parece clara: licuar todo lo que sea posible la imagen negativa de la ex presidenta –que es elevada, sobre todo en el interior bonaerense- y poner el acento en que el espacio representa la contracara de Cambiemos, en términos políticos pero principalmente económicos. En ese plano en donde Cristina Kirchner piensa hacerse fuerte.

Por eso estuvo ayer en una pequeña industria textil de Moreno, en el oeste del Conurbano, hasta donde llegó en total sigilo para evitar responder preguntas de los periodistas. Desde allí su equipo de campaña emitió imágenes significativas, como las que mostraron a un grupo de obreros escuchando a la ex presiddenta, en un discurso basado en críticas directas al presidente Macri.

“Hay que marcar que el camino que tomaron es incorrecto y que el conductor está equivocado”, sostuvo Cristina Kirchner durante su visita a una pyme en Paso del Rey. La ex presidenta trazó un crudo diagnóstico al afirmar que la industria está golpeada por la caída del consumo, la pérdida de su principal mercado externo (Brasil), la apertura de las importaciones y el aumento de los costos.

En la misma línea, dijo que las elecciones legislativas pueden servir para “darle un mensaje al Gobierno” y “ponerle límites” a su política económica. Desde un primer momento, la estrategia de la Unidad Ciudadana se enfocó en este aspecto de la gestión de Cambiemos. Por eso la primera candidata a diputada es Fernanda Vallejos, una economista de escaso relieve político.

Aunque Vallejos bajó su exposición mediática desde que hizo una insólita defensa pública de Amado Boudou –a quien consideró un perseguido político al mismo nivel que Hipólito Yrigoyen y Juan Perón- y entonces cobró más relevancia Jorge Taiana, el compañero de fórmula de Cristina Kirchner para el Senado nacional. El ex canciller fue el encargado de cruzar a Jaime Durán Barba.

El asesor presidencial –y uno de los encargados de campaña de Cambiemos- sugirió que una parte del electorado que apoya al kirchnerismo puede estar relacionado a la actividad del narcotráfico, en una declaración que en la Unidad Ciudadana tomaron como una “provocación” destinada a sacar de eje a Cristina Kirchner. Pero la ex presidenta sigue aferrada a su propio libreto político.

“Siento que íbamos por una autopista. Como en toda autopista había autos más modernos, otros más antiguos, algunos embotellamientos, pero íbamos todos por la misma autopista. Ahora entraron en una ruta de una mano, un camino equivocado en el que ya hay ripio. El conductor tiene que advertir las señales de que las cosas van mal”, afirmó la ex presidenta en Moreno.

En esa zona de la Primera Sección electoral, en el noroeste del Conurbano, la ex presidenta tiene una elevada intención de voto, que supera el 40% de acuerdo a fuentes partidarias, mientras que Cambiemos estaría debajo el 30% y 1País en menos del 20%. Por eso puede considerarse que Cristina Kirchner hizo una bajada a territorio amigable, gestionado por el intendente K Walter Festa.

Como en la Unidad Ciudadana piensan que Cristina Kirchner está arriba en las encuestas, la estrategia es exponerla lo menos posible, para evitar algún resbalón inoportuno. Por eso es Máximo Kirchner el encargado de visitar sitios más hostiles en términos políticos, como los distritos donde no gobierna el FpV. Mientras su madre se preserva para evitar eventuales contratiempos.

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