Otro homicidio brutal que conmovió a los vecinos y, 3 años después, espera el juicio

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Los vecinos de Brandsen se estremecieron hace poco más de tres años con un crimen atroz, que todavía hoy se mantiene sin resolverse.

Fue el que tuvo como víctima a Enrique Leandro Fortuna (55), un empleado de la concesionaria Sinome, de Brandsen, que fue asesinado de un hachazo en la cabeza el 23 de marzo de 2014.

Nunca quedó claro si lo mataron en un robo, por celos, revancha o cuestiones personales. Tampoco si lo asesinó una sola persona o fueron más; si lo agarraron en la calle o él franqueó el acceso a su casa de Máximo Paz entre 115 y 116.

La hipótesis más firme fue que Fortuna conocía al homicida y que se defendió todo lo que pudo.

Por el caso, hubo un sospechoso demorado, pero que después accedió a una morigeración y ahora espera en libertad el juicio oral.

Los investigadores rastrearon entre los conflictos que mantuvo la víctima, detectando que poco antes había acusado a un sobrino de robarle entre 3.000 y 4.000 pesos que guardaba en una mesa de luz.

Eso había sucedido unos 8 meses antes, pero los pesquisas se enteraron de que el día del hecho este hombre y un hermano habían visitado a su padre (hermano del fallecido), en un terreno lindante a la escena del crimen.

En la casa de uno de los hermanos de la víctima la policía secuestró dos carabinas, una de ellas con mira telescópica. Las armas no tenían vinculación con el crimen, ya que Fortuna fue asesinado a hachazos, pero como no tenía los papeles, se le inició una causa por tenencia ilegal de arma de uso civil.

Por otro lado, en la vivienda de uno de los sobrinos de la víctima se secuestró un par de zapatillas con manchas que parecían de sangre. Más allá de todo, el caso nunca se aclaró.

 

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