Un triunfo para la política

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El domingo volvió a quedar demostrado: la política existe, pese a los consejos de los gurúes que ven en el marketing y en el estudio de los “focus group” la única forma de ganar votos. No puede ocultarse la influencia política, precisamente, que ha tenido la enérgica respuesta de María Eugenia Vidal a Diego Brancatelli, durante su intervención televisiva en el jueves previo a las PASO.

En la era de Internet no importó que el programa haya tenido solamente seis puntos de rating. Lo cierto es que WhatsApp, Facebook, YouTube y toda la variedad imaginable de aplicaciones y dispositivos tecnológicos sirvieron para diseminar el áspero diálogo que ya fue visto por más de tres millones y medio de personas.

También es cierto que a un sector difícil de mensurar con ese “video clip” se le hizo presente el significado que le atribuían a un posible regreso de Cristina Kirchner y recibieron una pintura de lo que fue el pasado reciente de la política argentina y que no quieren volver a vivir. Esa núcleo, entonces, pasó de la indiferencia a tener un objetivo.

Con los votos a la vista también resalta que, a la hora de votar, la situación económica no tuvo la importancia de otros años, ni la que ciertos analistas le atribuían para estos comicios. Superar ese obstáculo -o “dejar de votar con la panza”, como lo definió un politólogo- fue una expresión de esperanza de grandes sectores que decidieron darle un tiempo más al actual Gobierno.

Con un cabeza de lista de muy escaso conocimiento popular y falto de experiencia en una campaña electoral, la Gobernadora se puso la campaña al hombro y logró lo que las encuestas y muchos observadores ni siquiera creían posible.

Los “errores no forzados” del oficialismo a los que aludió “Lilita” Carrió fueron muchos -a veces en temas urticantes- y que afectaban a los hogares, como el nuevo precio del gas, por ejemplo, que se cobró pocos días antes de las elecciones.

Durante casi dos años se sostuvo que María Eugenia Vidal había ganado las elecciones de 2015 porque enfrente estaba Aníbal Fernández, pero ahora logró un empate sobre una Cristina Kirchner que se desperonizó y adoptó la actitud de una “leona herbívora”, expresión con la que Perón alguna vez se definió a su mismo.

Vidal, con casi dos años de gobierno, logró que los votos de Cambiemos lucieran. Su alianza se impuso en la mayoría de los distritos del interior, al tiempo que el respaldo para la ex presidenta, apenas superó el 34 % y quedó por debajo del 35 % logrado por Aníbal Fernández en la peor elección histórica del PJ.

Por supuesto debe mencionarse que en el orden nacional se produjo “la ola” que Mauricio Macri comenzó a visualizar hace más de dos años.

La Provincia era, según todos, el peor escenario para el Gobierno y para octubre seguirá estando plagado de dificultades. Pero, ¿quien le quita lo bailado?

 

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