Hasta siempre, Tripero

Con el fallecimiento de Marcelo Ferrari, Gimnasia pierde a uno de los referentes más importantes de los últimos 20 años.

Se fue seguramente como lo hubiese deseado: cerquita de una pelota. El corazón le dijo basta a Marcelo Ferrari mientras jugaba al fútbol y generó consternación entre amigos ("hablé esta tarde", "íbamos a almorzar mañana") y respeto en el mundo tripero, incluso entre quienes estuvieron en veredas opuestas políticamente hablando. La casa Osácar en calle 56 fue y es un desfile incesante de los afectos que supo cosechar, especialmente en el Bosque

Justamente el Bosque fue un lugar clave en su vida. Categoría '62, fue un duro marcador de punta que mereció mejor suerte. Los difíciles años de la vieja B (debutó en el '80 y quedó libre en el '83, aunque en cuatro años jugó un puñado de partidos) más un problema de salud frustraron su carrera.Nunca se fue, pero "volvió" a los primeros planos como candidato presidencial del club en las elecciones del '98, cuando Héctor Domínguez desbancó a Héctor Delmar que quería su quinto mandato. La polarización dejó a Marcelo Ferrari (al frente de "Por siempre Gimnasia") en un lejano tercer puesto. Quizá la deuda interna de Domínguez y Ferrari haya sido no aliarse al discutir por cargos menores y sumergirse en una disputa estéril.

Cuestiones personales y ese golpe electoral lo alejaron de la primera línea de la política. Sin embargo, nunca se alejó del club. El Estadio era su obsesión y siempre estuvo cerca de Luis Díaz en la obra de la platea Néstor Basile. Cuestionado por su actividad privada, puertas adentro del club siempre fue amigo de sus amigos, con códigos de fierro. Nadie podrá negarlo, se fue un pedazo grande de la historia moderna de Gimnasia.

Seguramente, a esta hora ya estará sentado alrededor de una nube con un cigarrillo en la mano, parlando del Lobo con Oscar Montesino y tantos más. 

Chau Marcelo. Acá te vamos a extrañar.

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