Hechos reiterados
Edición Impresa | 26 de Agosto de 2017 | 01:37

Lo ocurrido en la noche del jueves en La Plata no es un hecho aislado. Por el contrario, parece seguir el mismo patrón de otros episodios que tuvieron como escenario Capital Federal y Córdoba que se caracterizaron por un accionar violento de grupos que suelen identificarse con el anarquismo.
Desde que se conociera la desaparición del joven Santiago Maldonado, varias dependencias sufrieron ataques. El 4 de este mes, la Casa de Chubut en Capital Federal fue blanco de la ira de estos sectores que enarbolan la violencia extrema como símbolo de protesta.
Tres días después, en una marcha por la aparición de Maldonado, manifestantes arrojaron bombas molotov contra la policía que estaba apostada en la zona del Congreso.
El clima se enrareció aún más cuando un artefacto explosivo estalló en la sede de Indra en Puerto Madero, la empresa encargada del escrutinio de las PASO, y que arrojó como saldo dos personas heridas y varios destrozos.
El día 18, otro hecho similar se produjo en Córdoba frente a la sede del Círculo de Suboficiales de Gendarmería. Hasta que el espiral de violencia se trasladó a La Plata en la noche del jueves.
Todas estas situaciones aparecen enlazadas, según los investigadores. Y revelan un clima de beligerancia que va en ascenso y que es desplegado por sectores marginales que hacen de su rechazo al orden establecido un culto. Su “negocio” político pasa por generar un escenario de caos.
El jueves por la noche, en La Plata, llamó la atención lo que sucedió en el ministerio de Seguridad. Porque fue en las narices de la conducción política de la propia Policía.
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