“Sentí que a mi casa se la llevaba el viento, fue algo terrible”

Los vecinos de la pequeña ciudad de Rockport (Texas) aún se estremecen al recordar el terrible y devastador azote del huracán Harvey, una fuerza sobrenatural que convirtió a esta ciudad en un símbolo de su fuerza destructora.

Rockport fue la primera ciudad de EE UU en recibir el huracán. Lo hizo aguantando vientos de 215 km/h y con gran parte de su población evacuada. “Durante unos instantes sentía que mi casa se levantaba y se la llevaba el viento, fue algo inimaginable, terrible”, relató con la voz entrecortada Jasmin Guineo, de origen peruano y residente de esta localidad costera desde hace más de 20 años. La mujer explicó que, a pesar de que en su casa hubo pequeños daños -varios árboles caídos y ventanas rotas-, la destrucción en la ciudad fue “masiva”.

Por las calles de Rockport, una localidad de unos 9.000 habitantes situada en la costa este de Texas, hay decenas de hogares, comercios y restaurantes derrumbados después de que el ciclón Harvey tocase allí tierra. Con postes caídos, vehículos hundidos y casas destrozadas, Rockport se transformó en una ciudad fantasma, donde sólo deambulan periodistas y servicios de emergencia.

DESTRUCCION Y CONTRASTES

En medio de la destrucción, contrastan las mansiones de veraneo abandonadas, en una parte de la ciudad, con las pequeñas casas de familias humildes en el otro extremo de la urbe. “Fueron horas interminables”, confesó Leonor Dalton, cuya hermana perdió la casa durante el poderoso huracán, el más potente en llegar a EE UU desde 2005. Los restos del hogar de Eva -hermana de Leonor-, Joey y sus cuatro hijos yacen en la esquina que forma la calle Market con la Live Oak y donde una señal de tránsito se encuentra también entre los escombros de esta popular avenida.

Por suerte, Eva y su familia decidieron evacuarse el día anterior a la llegada del huracán y pasaron la noche del viernes en un refugio de San Antonio (Texas), a más de 200 kilómetros de la ciudad pesquera. Leonor fue quién llamó a sus familiares para contarles la desastrosa noticia. Por ahora, los integrantes de la familia Harper vivirán repartidos en casas de sus familiares hasta que reciba la ayuda estatal y federal.