La polémica por las veredas de calle 12 muestra la falta de un plan urbanístico integral

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Desafiada por la dinámica de un tránsito cada vez más anarquizado, en el que participan, con igual grado de protagonismo, automovilistas, ciclistas y peatones y, asimismo, con un parque automotor en incesante y explosivo crecimiento, nuestra ciudad reclama cada día más la toma de medidas estructurales destinadas, entre otros objetivos, a convertir en amigable a la vía pública, convertida hoy en un escenario peligroso y hostil. En este sentido, las estadísticas que hablan sobre el alto número de víctimas en accidentes viales resultan más que elocuentes.

Es en ese contexto en el que debiera ubicarse la polémica desatada ahora a partir de la protesta planteada por los taxistas platenses por el ensanche de las veredas de la calle 12 ya que, según alegaron, casi no les quedaría lugar para maniobrar frente a las paradas y ello genera discusiones continuas con otros conductores.

El reclamo planteado por el Sindicato de Conductores de Taxis apunta a las incomodidades que les genera a los taxistas, al ver virtualmente bloqueadas las paradas a partir del ensanche de las veredas. Tal como se informó, en el tramo correspondiente al centro comercial de calle 12 la obra general consiste en la modificación en la traza de los cordones de las esquinas, mediante el ensanche de las veredas en los cruces de esa vía con las transversales de 55, 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63 y 64. En total son 10 las cuadras comprendidas en el proyecto de remodelación.

En muchas de esas esquinas, precisamente, hay paradas de taxis. Los autos no van a poder salir, alegan desde el gremio, para señalar que la protesta fue desoída en el Municipio. Los taxistas añadieron que no descartan, inclusive, recurrir a la Justicia.

Sea como sea, el tema planteado podría presentarse para otros sectores y por diversos motivos. Quienes se ocupan de conducir transportes de carga, los colectiveros, los ciclistas y motociclistas, los automovilistas desafiados por un tránsito cada vez más caótico, los peatones indefensos, todos los actores de la vida cotidiana podrían presentar, sobre otras cuestiones, similares reclamos y argumentaciones, sin dejar de mencionar que buena parte de ellos incurre en transgresiones a las leyes del tránsito.

Tal como se ha señalado en anteriores oportunidades al tratarse el tema del tránsito en el centro platense, lo que urge es concretar un replanteo urbanístico integral, que atienda a los anillos perimetrales faltantes y, esencialmente, al desarrollo de un sistema de transporte público ágil y económico, que desaliente el uso del automóvil en el casco céntrico. Sin embargo, en principio no parece desacertada la idea de adoptar medidas que privilegien la posición de los peatones, habitualmente acosados por un tránsito automotor cada vez más creciente y dominante.

También debería ponerse en consideración que los expertos en accidentología vial vienen calificando como muy grave el panorama que se vive en nuestra región por los accidentes de tránsito, en una situación que, como se ha dicho, no sólo se mantiene sino que tiende a agravarse. Toda medida razonable, que sirva para mejorar las condiciones de inseguridad reinantes, debiera ser impulsada y valorada.

Persiste asimismo un incomprensible vacío educativo en materia de tránsito, que se refleja en la indisciplina con que actúan el automovilista y los peatones en la vía pública. No hay, tampoco, en las escuelas una mínima formación encaminada a que los chicos cobren conciencia acerca de lo que significa un comportamiento atinado en las calles. Es en ese contexto que, las medidas instrumentales que puedan ir adoptándose, debieran ser coherentes al plan de reestructuración urbanística integral que La Plata necesita, que debiera proyectar y ejecutar en el menor plazo posible.

 

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