Del Potro no quiere detener su marcha y ahora va por la final

El partido de hoy se disputará no antes de las 18:30 (hora de nuestro país). TV por ESPN

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Respeto, pero no amistad. De esta manera se podría definir la relación que une a Rafael Nadal con Juan Martín del Potro, protagonistas hoy de una de las semifinales del US Open.

Desde aquel histórico exabrupto del tandilense tras la semifinal de la Copa Davis ante Rusia en septiembre de 2008, cuando en plena pista del Parque Roca, ante más de 12 mil personas en el estadio y algunos millones por televisión, Del Potro incitó a sus compatriotas a “sacarle del o... los calzones a Nadal”, la relación entre ambos siempre bordeó la tensión.

No hubo encuentro público en el torneo de Madrid un mes después de aquella frase, cuando Del Potro ya se había arrepentido de sus dichos; aunque dejaron trascender a sus allegados una “señal de tregua” de parte de Nadal: “No tenés que disculparte de nada, vení a mi habitación a jugar a la Play”.

Tampoco se reencontraron en Mar del Plata, sede de aquella final de la Copa Davis, a la que Nadal no pudo concurrir por una lesión en la rodilla y Del Potro padeció una de las mayores frustraciones de su carrera, con una derrota ante Feliciano López. Una lesión de tobillo, una ausencia que provocó polémica en el cuarto punto y una caída de Argentina en la serie que dejó secuelas importantes.

El momento de mayor tensión dentro de una pista lo vivieron en los octavos de final de Wimbledon 2011. Justo antes del tie-break del set inicial, Nadal pidió asistencia médica por un fuerte dolor en el pie. “Creía que no podría seguir en el partido. En aquel momento me dieron ganas de llorar de dolor, porque tenía la sensación que me había roto el hueso”, dijo el mallorquín tras el partido.

El desencuentro surgió por el diálogo que mantuvo el argentino con el juez de silla en ese momento. Para Nadal, estaba protestando por el momento de la detención. Según Del Potro, le decía al árbitro que le diese a su rival el tiempo necesario para que se recuperara.

Nadal no le creyó. “Nada de eso. Yo sé lo que vi y escuché”, le dijo a un grupo de periodistas, después del partido que terminó ganando y que consideró uno de los mejores triunfos sobre césped de su carrera.

Las visitas de Nadal a nuestro país fueron otro punto de pequeños desencuentros. El español arribó en noviembre de 2013 para jugar un par de exhibiciones en Buenos Aires y Córdoba, junto con David Nalbandian y Juan Mónaco, dos de sus amigos en el circuito, que, curiosamente, no tenían la mejor relación con Delpo.

Tampoco le han faltado épica a sus encuentros, que son 13 en total, con ocho triunfos de Nadal y cinco de Del Potro, seguramente muchos menos de los que podrían haber sido si las lesiones no se hubiesen ensañado tanto con los dos.

Para el argentino, sus victorias más relevantes fueron en la semifinal del US Open 2009, que luego coronaría con el título, y en la semifinal de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, donde ganaría la medalla de plata.

Como siempre, el respeto y el protocolo primaron en la previa de la semifinal de hoy en el US Open. “Del Potro es un jugador top. No lo es (en el ranking) porque no ha jugado mucho. Pero es top”, dijo Nadal.

“Un error con Nadal te puede costar el partido. Cada momento que no pueda jugar bien me va a costar un set o el partido. El está jugando muy bien este año y es el número uno del mundo”, devolvió Del Potro.

La última palabra la tendrán hoy, no antes de las 18:30 (hora argentina y con televisación de ESPN) cuando se vuelvan a ver las caras en el estadio Arthur Ashe para definir el pase a la final; mientras que previamente, a las 17, se medirán por la otra semifinal, el español Pablo Carreño Busta y el sudafricano Kevin Anderson.

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