¡Mientras haiga, que le dean!

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Irene Bianchi
irenebeatrizbianchi@hotmail.com

@IRENEBIANCHI

- Chicas, hagamos un trato. Siempre que nos juntemos aquí, a chusmear y tomar algo, apaguemos los celus. No somos ni cirujanos, ni bomberos, ni policías para tener que estar a tiro todo el tiempo. ¿Sabían que hay más celulares que habitantes en este íspa?

- Tenés razón, Chelita. Pero nos hemos vuelto tan dependientes de este aparatito, que si nos falta, nos sentimos desnudas.

- ¡Ni Dios permita! ¿Saben lo que seríamos todas nosotras desnudas sentadas alrededor de esta mesa? Vamos en cana o directo al loquero.

- Ojo que marcaríamos tendencia en La Plata. ¿No se enteraron que abrió un restaurante nudista en París? “O’Naturel”, se llama.

- Pero ¿llegás en pelotas? ¡Con el frío que hace en París en invierno!

- ¡No, mensa! Llegás vestida, y te sacás la ropa en el lobby de entrada.

- ¿Y de afuera se ve?

- No. Hay cortinas opacas no aptas para voyeuristas.

- ¿Y te harán duchar antes de sentarte? Porque viste que los franceses tienen fama de …

- Ese es un prejuicio. Como cuando decimos que los tanos son gritones, los alemanes fríos

- ¿Y los que atienden y los que cocinan, también están en bolainas? ¡Qué impresión!

- No. Los mozos y los cocineros están vestidos. 40 euros sale el menú naturista. Cocina bistronómica, la llaman. Y hay lugar para unos 40 comensales.

- Yo ni loca iría. Ni aunque tuviera esos 40 euros. Tendría que hacer dieta antes, matarme en el gym, hacerme depilación definitiva. Demasiado preparativo. Una previa agotadora.

- Vos porque estás pendiente de la mirada de los demás, Susy. Allá nadie te mira. Son cuerpos normales. Algunos fofos, viejos, arrugados, fláccidos, celulíticos, con estrías …

- ¡Sh! Mirá que si alguien te oye, te denuncia al INADI. Ya no se pueden usar esos calificativos despectivos. Hay que ser políticamente correcto.

- ¡Me tiene las bolas llenas lo “políticamente correcto”! ¿Se enteraron lo de Carmen?

- ¿En qué otro quilombo se metió la Barbieri?

- ¡No! La ópera “Carmen” de Bizet. ¿Pueden creer que le cambiaron el final para que el público no aplaudiera el asesinato de una mujer a manos de un hombre?

- ¿Quién hizo semejante disparate?

- El director, Leo Muscato.

- ¿Muscato o Moscato? Ese tipo estaría en curda.

- Una locura. Con ese sentido, hay que cambiar el final de la mayoría de las tragedias de Shakespeare. “Otelo”, sin ir más lejos, que mata a Desdémona por celos.

- Ni hablar de los griegos. No es una apología del femicidio. Es ficción. ¿No lo entienden?

- La gente se va de mambo. Es un problema serio para los humoristas. Hay temas tabú ahora. Al cadalso si hacés chistes sobre judíos, turcos, gallegos, gays, negros, asiáticos, gordos, pelirrojos, rengos, tartamudos, gangosos, chicatos, pelados, cornudos, narigones, solteronas. Nada de eso se puede usar para hacer humor.

- Sin embargo, los memes locales en twitter son a cual más ingenioso, sin censura. Los de Luciana Salazar mamá fueron desopilantes y lapidarios.

- Merecidísimos. Me preocupa esta tendencia a encargar bebés por catálogo, como quien va a un shopping o compra algo por Internet. Suena frívolo. Otra muestra del consumismo.

- Habiendo tanto chico por adoptar. Perdón por la comparación, pero es como comprarse un perrito caro en lugar de rescatar uno abandonado, de la calle. Hay prioridades, ¿no?

- Perdón, Chelita, pero ¿ya puedo prender el celular? Estoy esperando una llamada.

- ¿De dónde? ¿De un cementerio privado, ofreciéndote una parcela, Mimí?

- ¡Tocáte la izquierda, che! No. De un caballero que conocí en la cola de IOMA.

- Pensar que antes el levante era en los boliches. Ahora, con suerte, en la farmacia o la sala de espera del gerontólogo.

- “Mientras haiga, que le dean”. Prendélo, Mimí. Y de paso preguntále si tiene algún amigo disponible, con la carrocería más o menos sana y el motor rectificado.

- ¡Una para todas y todas para una! ¡Chin, chin!

 

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