Nazaria y monseñor Romero, nuevos santos de la Iglesia

Francisco se refirió también con énfasis a la figura de Pablo VI, que se convirtió en el 83º pontífice en ser santificado

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El papa Francisco proclamó ayer santa a Nazaria de Santa Teresa de Jesús March, que aunque nació en España en 1889 realizó toda su labor en Bolivia y está considerada la primera santa boliviana, además de conocerse por su labor con los más necesitados en las Villas argentinas. La misionera española santificada residió en Buenos Aires, donde murió en 1943.

Junto a ella, fueron también canonizados el arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, y Pablo VI, que como recordó en su homilía el Papa, pusieron su atención en los pobres.

Durante la ceremonia de ayer también se celebraron las canonizaciones de los sacerdotes italianos Francesco Spinelli, Vincenzo Romano, el laico Nunzio Sulprizio y la religiosa alemana María Katharina Kasper.

Francisco utilizó como es habitual la formula en latín para proclamar las santidades.

En el caso de Santa Nazaria, fue fundadora de la Congregación Misioneras de la Cruzada Pontificia y desarrolló una intensa labor en nuestro país.

La ceremonia comenzó con el nuevo prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Becciu, que acompañado de los postuladores de las causas de los siete santos presentó a Francisco la petición de canonización y leyó una pequeña biografía de cada uno.

PABLO VI Y ROMERO

Francisco usó en esta histórica ceremonia el cáliz y el palio del papa Montini (Pablo VI) y el cíngolo que llevaba puesto Romero al ser asesinado en 1980.

“Todos estos santos, en diferentes contextos, han traducido con la vida la Palabra de hoy, sin tibieza, sin cálculos, con el ardor de arriesgar y de dejar. Que el Señor nos ayude a imitar su ejemplo”, proclamó Francisco en su decimoséptima misa de canonización.

Durante la ceremonia, que coincide con el sínodo dedicado a la juventud, que se desarrolla hasta el 28 de octubre, Francisco se refirió con énfasis a la figura de Pablo VI, que se convirtió en el papa número 83 en ser declarado santo, y a monseñor Romero.

“Es hermoso que junto a los demás santos y santas de hoy, se encuentre monseñor Romero, quien dejó la seguridad del mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el Evangelio, cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus hermanos”, apuntó.

 

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