Lágrimas y besos en el final feliz de una historia de amor con propuesta de casamiento

El pedido de matrimonio de una novia platense realizado a través de este diario encontró un rápido sí. Sólo falta la fecha de la boda

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Con lágrimas, besos, emociones y mucha felicidad, la historia de amor entre Natalia y Nicolás, en realidad el pedido de matrimonio que ella le hizo a él a través de EL DIA, tuvo un final feliz. Y el antes y el después de la noticia, que asombró a toda una familia, vecinos y compañeros de trabajo, albergó detalles de una infinita ternura. Ellos mismos, los protagonistas de esta historia, los cuentan.

“Estaba muy nerviosa -contaba ayer Naty plena de felicidad- Nico trabaja de chofer y se acuesta muy tarde, a las seis de la mañana, y se despierta a eso de las 11. Pero para mí, esas horas no pasaban más. Yo me levanté temprano, y fui a comprar el diario con mi hijo mayor, Agustín, que era el único que sabía. Y para colmo me decía ‘papá no va a querer, te va a decir que no’. Eso me puso más nerviosa todavía. Para peor, a eso de las 9 llamó mi suegro, el papá de Nico, y le tuve que cortar rápido para que no estropeara todo”.
 


 

“Hasta que a eso de las 11 Nico se despertó. Fui con los chicos y le llevamos el diario. Leía medio dormido y no entendía nada. ‘¿Vos estás loca?’, me dijo, ‘¿era necesario tanto?, ¿en el Diario?’. Pero después de leerla se emocionó mucho, yo lloraba, y nos abrazamos todos. ‘Por supuesto que sí’, dijo. Ahora hay que juntar plata y poner fecha”.

Por la tarde, mientras manejaba su remís, Nicolás no paraba de recibir llamados.

“Es increíble la repercusión que tuvo -contó- todos con emoción, todos felicitando. La verdad es que todavía no puedo creer todo lo que sucedió”.

En cuanto a su versión del despertar y leer el Diario que le alcanzaba Naty, está también llena de emoción.

“Al principio no entendía nada. La miré a Naty y estaba llorando, los chicos también al borde de las lágrimas, y yo también estaba cerca del llanto, todos alrededor de la cama. Fue una sorpresa gigante, demasiado gigante. Por supuesto que le dije que sí, y que teníamos que poner fecha. Lo demás fue todo increíble, gente felicitando, compañeros de trabajo, familiares, vecinos. La verdad es que resultó increíble”.

“Estoy feliz -repetía y agradecía Naty- los primeros llamados fueron de la familia, mi hermano, mi cuñado, después gente que escribía en el Facebook, hubo de todo. Alguien puso ‘a lo que llegó el amor’, otro ‘lo quiere casar’, pero en general fueron todas adhesiones, felicitaciones, es como que todo el mundo compartía nuestra felicidad. Pasé de los nervios a las lágrimas. Fue algo extraordinario que no olvidaremos jamás”.

Natalia Ponce y Nicolás Alaniz, Naty y Nico, simplemente una historia de amor en la Ciudad que tuvo, como se esperaba, un final feliz.

 

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