La acusada intentó desviar la investigación hacia la madre

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La autopsia que le harán al cuerpo de Sheila Ayala podrá aclarar cuándo murió; si fue víctima de un ataque sexual y si ingirió algún tipo de sustancias (ver aparte). Pocas horas antes de que Leonela Ayala fuera detenida por el crimen, fue a un canal de televisión para reclamar con absoluta frialdad que “la encuentren con vida”.

“Para mí está con alguien conocido, ella no es de irse sola, si salía del campo salía conmigo, le dijo a Chiche Gelblung en una entrevista en Crónica TV. Acompañada de otras dos familiares, abonó la teoría de otros parientes paternos, que intentaron responsabilizar a la madre de Sheila: “Creemos que hay una deuda de droga y por eso la secuestraron. No sabemos si ella consume o no”, aseguró.

En otra nota, la chica quiso “limpiar” a su familia al declarar “de parte de nosotros no tenemos ajuste con nadie, no tenemos ningún problema con la Justicia. Ni yo ni mi hermano. Aparte mi hermano no va a secuestrar a su hija”.

Luego dijo sentir “alivio” al enterarse de que investigaban a Yanina, a quien vinculó con las drogas. “Sabemos que ella andaba en algo raro, hacía entrar drogas en la Comisaría... Una vuelta le dijo a mi hermano que le traía a los chicos porque ella tenía un ajuste de cuentas con la mafia. Y los dejó y se fue”.

Algunos de los vecinos que protestaron ayer violentamente tras la noticia del hallazgo del cuerpo cuestionaron que no hayan profundizado la búsqueda de la nena en el predio donde desapareció y fue encontrada.

El caso de Sheila hizo recordar al de Candela Sol Rodríguez, ocurrido en 2011 en la localidad bonaerense de Villa Tesei, partido de Hurlingham. Tenía 11 años, desapareció un 22 de agosto cuando esperaba a unas amigas para ir a la reunión del grupo de boy scouts al que pertenecía y fue hallada 9 días después dentro de una bolsa, entre la basura, a unas 30 cuadras de su casa.

 

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