Dos familias en la calle y la angustia de perderlo todo, tras un incendio voraz en Berisso

Habría comenzado por un cortocircuito y pudo tener consecuencias trágicas. Una pareja y una madre con 4 hijos están desesperados

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Un día después, parada sobre las ruinas chamuscadas de lo que hasta hace poco fuera su hogar, Yanina llora la costosa -en términos materiales y emocionales- pérdida.

El incendio que el miércoles consumió por completo dos viviendas de la calle Nueva York entre 168 y 169, en Berisso, la dejó junto a sus cuatro hijos con lo puesto.

Además, la situación que vivieron los tres niños más chicos, de 2, 7 y 12 años, les produjo una impresión tan fuerte, que debieron irse de la localidad vecina para quedarse por un tiempo en la casa de una allegada de su madre.

En la misma situación se encuentra la pareja compuesta por Cintia y Gustavo, propietarios de la vivienda donde se inició la combustión.

“La verdad se destruyó todo. Estamos las dos familias en bolas. Lo que ves es lo que quedó: chapas y tres o cuatro paneles que pudimos rescatar”, fue el comentario de la madre del joven a EL DIA.

Según refirió, una vecina la fue a buscar para contarle lo que estaba sucediendo.

Cuando llegó a la escena, no podía creer lo que estaba viendo.

El fuego “salía de una ventana” de la finca de material y “se metía” por las de la casilla.

En tanto, la hermana de Yanina se acercó al percibir desde su cocina “un fuerte olor a humo”.

“Salimos, y ya se veía cómo las llamas salían para todos lados . Después al abrir la puerta para salir, se metió el viento y ahí empeoró todo”, explicó.

Asustados pero a salvo, los hijos menores de Yanina gritaban en la vereda “se quema mi casa, se quema mi casa”.

Por fortuna, ambas familias pudieron salir sin sufrir ningún tipo de lesiones.

ERA UNA CASA ANTIGUA

De acuerdo a lo consignado por voceros oficiales, el siniestro comenzó entre las 18.30 y las 19 en el inmueble que está hacia el lado de 168.

El mismo tuvo origen en una falla eléctrica causada por el estado en que se encontraba el cableado.

“Era una casa antigua que no se podía tocar mucho por el tema de que es patrimonio histórico de la ciudad”, explicó la madre de Gustavo.

El techo y las paredes tenían “mucha membrana y una vez que agarró el fuego se volvió imparable”, añadió.

Durante más de dos horas, cuatro dotaciones del Cuartel Centro de Bomberos Voluntarios trabajaron, junto a una docena de efectivos coordinados por el comandante mayor Roberto Scafati, para contener el fuego.

Asimismo, prestaron colaboración personal de Defensa Civil y del Comando de Patrullas.

La labor se vio complicada por la explosión de una garrafa y el rescate de tres perritos cachorros.

Un portavoz de los rescatistas destacó que “dos se encontraban sanos y salvos, pero el restante tuvo que ser auxiliado por los propios bomberos que luego de suministrarle oxigeno dispusieron su traslado a una veterinaria de la zona”.

Por otro lado, a la 1 de la madrugada tuvieron que volver porque “el foco ígneo se había reactivado”.

SOLIDARIDAD VECINAL

Consumada la catástrofe, todos en el barrio se acercaron para “prestar una mano”.

“Los vecinos nos socorrieron enseguida”, reflejaron los damnificados.

Además de proveerles ropa y otros elementos, colaboraron para remover todos los escombros y resguardar lo poco que todavía quedaba en pie.

Y también agradecieron la asistencia brindada por los agentes de Defensa Civil, que “se portaron muy bien”. “Nos dieron colchones, frazadas y otras cosas para pasar la noche”, detallaron.

Las personas interesadas en ofrecer ayuda de cualquier tipo, puede comunicarse con Gustavo, al 15-641-7105, o con Yanina, al 15-630-8799.

 

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