A barajar y dar de nuevo

El foco debe estar en mejorar y sumar en el torneo. La Copa Argentina, por ahora, puede esperar

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Por WALTER EPÍSCOPO
wepiscopo@eldia.com

¿Que podría haberse traído un empate? Sí. ¿Que si entraba alguna de las tres chances claras del primer tiempo otra hubiese sido la película? También. Pero la realidad es que Gimnasia perdió. Y Vélez le ganó bien, por que tuvo juego, manejó la pelota y sobre todo, por que hizo un gol. El Lobo no tuvo ninguna de las tres. Se podría decir que fueron 5 minutos fatales donde se le desató la tormenta al equipo de Pedro Troglio que parecía tener las cosas bastante controladas, por que el local no tenía profundidad y nunca peloteó a Martín Arias.

Como suele pasar en los partidos cerrados, donde ambos necesitan los puntos y no quieren perder por nada, un error desencadena una caída. Y esto es lo que pasó. Gimnasia parado en ataque sobre la izquierda y en campo local, un pase forzado hacia atrás de Melluso, Piovi que pifia en la mitad de la cancha y Ramis que encuentra la pelota y encara acompañado por Coronel. El remate del delantero de Vélez entra en el palo izquierdo, que era el de Alexis, y quien enseguida se da cuenta que pudo haber hecho algo más. Error de todos los nombrados. Y para colmo de males, minutos después una infantil expulsión de Piovi deja al equipo con uno menos. Si con once no tenía juego, con diez y perdiendo, mucho menos. El panorama no era el mejor.

El primer tiempo de Gimnasia, más allá que en algunos pasajes la pasó mal, no había sido malo. Tres chances muy claras para abrir el marcador, que Vélez no tenía profundidad y probaba de lejos (hubo un tiro en el travesaño de Gastón Díaz) o con centros, lo mantenían en partido. Pero todo se fue diluyendo en el complemento.

La pareja de volantes centrales Perdomo y Tifner retrocedían mucho y perdían el medio, y para colmo de males, los extremos estuvieron ausentes. Ni Tijanovich ni Gómez desequilibraron, y así los puntas quedaron muy solos arriba. Con dos desesperados pelotazos en la primera parte buscaron a Hurtado y Silva, quienes habían demostrado que el Fortín no estaba tan firme atrás, y así pusieron en apuros al larguísimo arquero ecuatoriano Domínguez.

Mientras tanto Vélez fue dinámico, demostró ganas de ganarlo y empujó al Lobo contra Martín Arias. “No hilvanamos tres toques seguidos”, declaró el Tanque Silva. Y así es muy difícil. Se sabe que el Mono Gómez es clave en la generación de juego, en cambiar el ritmo en ofensiva, pero esta vez no apareció y a nadie se le cayó una idea con la pelota en los pies. Ahí se extrañaron también Rinaudo y Faravelli, quienes pueden poner un pase gol o meter un cambio de frente. Hacer algo distinto. No hubo una gambeta, algo lindo y productivo que saliera de los pies de un jugador Tripero como para ilusionarse.

Esta derrota no es para desesperarse ni mucho menos, pero está claro que Gimnasia debe mejorar bastante si quiere salir bien parado de los próximos cuatro partidos. Todos importantes. Boca, Belgrano en Córdoba y Racing por la Superliga; y River por el pase a la final de la Copa Argentina. Troglio lo sabe y seguramente en la soledad de Abasto pensará en cambios más allá de los regresos de Rinaudo y Faravelli. El técnico deberá reforzar el libreto y los “actores” después poner lo suyo.

No fue ni por asomo aquel equipo hambriento que salió a jugar y eliminó a Boca en Córdoba. Deberá volver a las fuentes rápidamente, conociendo sus limitaciones y tratando de potenciar sus virtudes. Está claro que Gimnasia debe jugar como un equipo, por que no tiene hoy un jugador diferente que pueda hacer precisamente, la diferencia. Eso se llama jerarquía. La jerarquía se paga y mucho, y Gimnasia no puede pagarla por que la billetera no le da. Pero esa es otra historia.

Falta bastante para el juego con River, antes tiene tres partidos importantes, nueve puntos que no puede regalar. El foco deberá estar puesto ahí, sino lo hace podría cometer un error gravísimo y tal vez quedarse sin el pan y sin la torta. Ya llegará el momento de pensar en River, ahora la cabeza debe estar en mejorar y pensar en cómo ganarle a Boca, algo que hizo no hace mucho, y por qué no, puede volver a hacer.

 

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