Elisa Carrió armó otro escándalo interno por una frase de Garavano

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“Nunca es bueno para un país que un ex presidente esté detenido o se pida su detención, por el hecho en sí y porque no debería haber sospecha de que se fugue, y habría que suponer que no hay elementos para pensar que va a entorpecer el accionar de la Justicia”, dijo el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano.

Esas declaraciones no hicieron molestar a la oposición sino a una de las espadas de Cambiemos, la diputada Elisa Carrió, que redobló su apuesta en su pelea con Garavano y amenazó con pedirle juicio político.

En su cuenta personal de Twitter, consideró la opinión del ministro como “una vergüenza para la República y la división de poderes”. Y fue más allá: “Puede estar emparentado también con la impunidad de (Carlos) Menem en la Cámara de Casación -la causa por la venta de armas podría proscribir-. Si esto es así es pasible de juicio político”, escribió la diputada.

En declaraciones a una radio vinculada al kirchnerismo (El Destape), Garavano aseveró que el sistema judicial argentino es históricamente “errático” y “poco objetivo”, y declaró que se ha abusado del dictado de prisiones preventivas, que deben usarse de manera “excepcional”. Y preguntado por los casos de corrupción por los que se le acusa a Cristina, cuyos fueros impiden que sea enviada a prisión preventiva, el ministro insistió en que “la solución es que los casos lleguen rápidamente a juicio oral y se defina si es culpable o no”.

Sin embargo, agregó: “A priori, no parece bueno el desafuero y la detención, siendo que se pueden brindar explicaciones en el marco de un juicio oral, pero es algo que tendrá que resolver la Justicia y luego el Senado si es que se insiste con este pedido del juez”, transmitió.

No es la primera vez que el titular de la cartera de Justicia se pronuncia sobre las causas que afectan a la ex presidenta.

El pasado septiembre, coincidiendo con la octava citación judicial en dos años y medio de la actual senadora, Garavano aseguró que confía en que la causa en la que se investigan millonarios sobornos de empresarios de la obra pública a funcionarios kirchneristas llegue a la vista oral el año próximo.

Sin embargo, enfatizó que esto dependerá de cuánto se demoren las apelaciones que se presenten, e insistió en que la Justicia puede actuar en el país “con independencia y sin presiones”.

“No se puede afirmar que no existan presiones a los jueces”, dijo ayer.

No es la primer conflicto entre el ministro y Carrió, y en el oficialismo tiemblan cada vez que se desatan estas internas, que el propio presidente Mauricio Macri trata de moderar.

En febrero pasado, la diputada -que finalmente ayer renunció a presidir la comisión bicameral que controla a los fiscales, tras denunciar que el peronismo la proscribió- había cuestionado en esa oportunidad el accionar de Garavano en la causa AMIA.

La Coalición Cívica-ARI, que lidera, había culpado al titular de la cartera judicial por haber dejado caer la acusación por el encubrimiento del atentado.

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