El Gobierno intenta cerrar el frente externo y Lilita le complica el interno
Edición Impresa | 4 de Octubre de 2018 | 03:31

Mariano Spezzapria
mspezzapria@gmail.com
Marcos Peña pasó por la Cámara de Diputados prácticamente en puntas de pie, tratando de no hacer olas ni de trenzarse en ninguna polémica con la oposición. En especial, el jefe de Gabinete esquivó la controversia con el kirchnerismo, pese a que en ocasiones anteriores hizo de la lógica de la grieta el eje de su estrategia política. Pero ahora, en tiempos de crisis, prefirió bajar el tono.
De hecho, según pudo constatar EL DIA en el Congreso, el ministro coordinador limitó su réplica a las durísimas consideraciones que partieron desde el bloque del Frente para la Victoria a la lectura de un breve texto en el que ratificó que, pese a las críticas, el Gobierno mantendrá el proyecto de Presupuesto 2019 que ya se discute en la Cámara baja. No improvisó ni respondió las chicanas.
En ese estilo zen, el funcionario que es considerado como la mano derecha del presidente Mauricio Macri incluyó sin embargo una frase que no pasó inadvertida: “En este primer mandato de Cambiemos vamos a terminar de hacer las reformas estructurales para tener una economía sustentable”, afirmó en línea con su jefe político, que ya anticipó que buscará la reelección.
Peña fue mucho más condescendiente con los otros bloques políticos, sobre todo aquellos cuyos integrantes podrían acompañar –al menos en general- el Presupuesto del año próximo, que sería tratado en el recinto de Diputados el 24 de octubre. A esas bancadas –de partidos provinciales, el massismo y el PJ federal-, el jefe de Gabinete respondió aplicadamente a todas las preguntas.
Incluso, mantuvo la serenidad cuando la jefa del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, le acercó una carpeta con una denuncia del “troll center” que el massismo atribuye al PRO y en particular al propio Peña. Tanto ese bloque como el PJ federal –que responde a los gobernadores peronistas- no atacaron el proyecto de Presupuesto. No hablaron Marco Lavagna ni Diego Bossio.
Se habría tratado de un gesto político, porque ambos diputados –especialistas en la materia- son críticos del proyecto oficial, elaborado al calor de los acuerdos con el Fondo Monetario. En cambio, el kirchnerista Axel Kicillof fue el primer orador ante Peña y disparó con números: dijo que Macri concluirá su mandato con - 6% PBI per cápita, + 217% de inflación y 333% de devaluación.
Hasta ahí todo se desarrolló por los carriles normales. Peña evitó en lo posible hablar de economía –su punto débil desde que los mercados lo señalaron como una de las caras visibles de la incertidumbre política argentina-, mientras que Daniel Scioli habló sobre deportes, el tema que más le interesa, utilizando un tono diferenciado del kirchnerismo, sin estridencia opositora.
Esa paz relativa fue quebrada –nuevamente- por la diputada Elisa Carrió. “Lilita” estuvo menos de dos minutos en el recinto, constató este diario, pero al salir se despachó con un mensaje en su cuenta de Twitter en el que cuestionó en duros términos al ministro de Justicia, Germán Garavano, por haber afirmado que no es bueno para el país que un ex presidente sea condenado a prisión.
Carrió interpretó que el ministro estaba bajando línea en favor de los ex presidentes Carlos Menem y Cristina Kirchner. “Nunca es bueno para un país que un ex presidente esté detenido o se pida su detención”, había afirmado Garavano. Y desde su despacho de Diputados, Carrió ordenó al equipo técnico de la Coalición Cívica que elabore un pedido de juicio político contra el ministro.
La iniciativa, deslizaron a EL DIA fuentes del entorno de Carrió, ingresará a la Cámara baja la semana próxima, aunque difícilmente el PRO y el radicalismo –las otras fuerzas que integran Cambiemos- le darían su visto bueno. La tirria de la diputada con Garavano viene de lejos, desde el momento en que el ministro de Justicia cambió la integración de la Unidad Especial AMIA.
Así que mientras Peña buscó cerrar el frente externo del Gobierno, de cara al debate por el Presupuesto 2019, Carrió agitó la interna de Cambiemos y alteró los nervios del oficialismo.
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