En el nombre del padre y de la hija

Ambos representarán a Argentina, en Buenos Aires 2018. “Nos llevamos muy bien tanto adentro como afuera de cancha”, afirman

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Adrián D’Amelio

adamelio@eldia.com

Los Churín son una familia que está plenamente identificada con el vóley. Esa pasión se trasmitió de padres (Pablo y Gisela) a hijas (Milena y Brenda). En los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, que el sábado se pondrán en marcha con la Ceremonia de Apertura en el Obelisco, se “cruzarán” teniendo como “excusa” el costado deportivo.

En este caso, Pablo y Brenda forman parte de los representantes de nuestra Región que integrarán la delegación argentina en la tercera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud, cuyo primer capítulo se inscribió en Singapur, después en Beijing (China) y ahora es el turno de Buenos Aires donde desde hace días se respira el “espíritu olímpico”.

En el caso de Pablo y Brenda Churín forman parte del seleccionado femenino argentino de Beach volley, siendo uno de los favoritos para subirse al podio; aunque enfrente tendrán a las mejores parejas del mundo conformadas por atletas entre 14 y 18 años.

Pablo cumple las funciones de entrenador; mientras que Brenda hará dupla con la cordobesa Delfina Villar (nacida en Carrilobo -un pueblo de dos mil habitantes, situado a 153 kilómetros de la capital de la provincia mediterránea). Ambas juegan desde hace tiempo juntas y se conocen de memoria en el rectángulo de arena.

Brenda se inició jugando al vóley en Universitario, en el mismo club que su papá, luego pasó a Banco Provincia y por último fichó para Estudiantes. Comenzó a jugar al Beach con su hermana Milena hasta que ésta se lesionó en los Juegos Argentinos de Playa, en Las Grutas (Río Negro) a fines de 2016.

En ese momento, Brenda decidió darle mayor importancia al Beach volley. Fue seleccionado en ese momento por Mariano Baracetti, que unos meses después decidió irse a Qatar para hacerse cargo del equipo masculino de la especialidad. Ante la sorpresiva ida del Mono, Pablo Churín, que tuvo experiencia en el arena jugando con “Juanchi” Fortuny, tomó la posta.

“Creo que ser padre y entrenador tiene pro y contras”, comienza diciendo papá Pablo (51 años) a lo que agregó que “y por el hecho de ser padre hay momentos que se le exija un poco más a Brenda, pero en definitiva no manejamos bastante bien; aunque uno se encuentra desde una posición y un rol difícil”, sostiene.

Ambos se encuentran instalados en la Villa Olímpica. Brenda afirma que “hablamos mucho de vóley, ya sea después de los entrenamiento o un partido para perfeccionar el juego, ya que es algo que nos apasiona a los dos”, recalca la platense de 18 años.

Más adelante, Pablo sigue charlando sobre su doble rol al afirmar que “insisto en hablar mucho en ambos roles; aunque trato de diferenciarme. Como padre trato de aconsejarla; mientras que como entrenador poner más énfasis en exigirla como jugadora sin pensar que soy el papá”.

A todo esto, Brenda sigue diciendo que “para mí, papá es todo. Es el mejor del mundo y además de su rol de padre-entrenador también es un poco mi psicólogo. Creo que eso esta bueno y es genial”.

Claro que afuera de la cancha está mamá Gisela Furiga (hermana del Potro, que fuera futbolista de Estudiantes en su momento), que también jugó al vóley femenino en Universitario.

“Me da mucha tranquilidad que Pablo sea el entrenador de Brenda. Sabe acompañarla y aconsejarla en todo sentido”, afirma Gisela.

El Beach volley de los Juegos de la Juventud Buenos Aires 2018 tendrá como escenario el llamado “Parque Verde” que se encuentra en los Bosques de Palermo y se desarrollará entre el domingo 7 y el sábado 17.

El Beach volley tendrá como sede el “Parque Verde”, en los Bosques de Palermo

 

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