El magistrado que destapó el escándalo del Lava Jato

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Al juez Sergio Moro (46), futuro ministro de Justicia, se lo ama o se lo odia. Con 22 años de carrera judicial, Moro saltó a la fama como figura central del megaoperativo anticorrupción Lava Jato, que desde que arrancó en 2014 puso en evidencia un entramado en el cual empresas de la construcción recibían contratos inflados y luego pagaban sobornos millonarios a políticos y otros funcionarios del gobierno. La investigación mandó a la cárcel a muchas de las figuras más conocidas del país, entre ellas al ex presidente Lula y al poderoso empresario Marcelo Odebrecht, dueño de la constructora que lleva su apellido.

El caso convirtió a Moro, juez de primera instancia de Curitiba (sur del país) en una figura muy popular entre los brasileños hartos de las numerosas historias de políticos que saquean las arcas del país. A principios de 2018, Moro salió bien calificado en las encuestas de aspirantes presidenciales, pese a que él nunca expresó interés en ser candidato.

Sin embargo, muchas de sus tácticas han sido muy polémicas, como el uso de las detenciones previas al juicio y alegatos de culpabilidad a cambio de sentencias menores, ambas encaminadas a lograr que los acusados hablen. Oriundo de Maringá (Paraná, sur), Moro -que también estudió en Harvard- coleccionó detractores que ven en su proceder parcialidad política, más focalizada en el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula que en el otro bando.

El mayor trofeo del caso Lava Jato fue sin duda la captura de Lula, que desde abril cumple en la sede de la Policía Federal en Curitiba una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero. Moro está casado y tiene dos hijos con la abogada Rosângela Wolff, que expresó su satisfacción el domingo por el triunfo de Jair Bolsonaro. (AFP)

 

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