Juan Carlos Marinelli

El fallecimiento de Juan Carlos Marinelli, reconocido veterinario, provocó muestras de profundo pesar en diferentes ámbitos de la Región.

Había nacido el 13 de noviembre de 1947, en la ciudad de Dolores, donde vivió hasta los 5 años. Hijo de Leopoldo Marinelli y Norma Sastre, tuvo su infancia y adolescencia en Mar del Plata.

Tras egresar del colegio secundario, decidió trasladarse a La Plata para estudiar la carrera de Ciencias Veterinarias en la Universidad Nacional de La Plata.

De alguna manera, las vueltas de la vida y las casualidades generaron que conociera a su futura novia, esposa y luego madre de sus hijos. Fue invitado a una fiesta en Mar del Plata, y allí se encontró con María Teresa de Barrio, platense. Ese encuentro mágico derivó en noviazgo. Con el correr del tiempo, llegó el casamiento y luego tuvieron 3 hijos: Victoriano (mago y abogado), Juan Alfonso (abogado), y Manuel (estudiante de medicina). Por parte de Juan Alfonso tuvo a su único nieto, Benjamín, que heredó un rasgo del abuelo Juan Carlos: la pasión por los animales .

Además de trabajar en su consultorio particular, desarrolló buena parte de su trayectoria profesional en el Zoológico de La Plata, durante 17 años. También trabajó como veterinario en los zoológicos de Luján, Batán y Sierra de los Padres durante más de 10 años.

El fútbol no le llamaba mucho la atención, pero su amor por la familia lo llevó a transformarse en hincha de Estudiantes de La Plata, equipo del que su mujer e hijos son fanáticos.

Se destacaba por su buen humor, un ingrediente siempre esperado en las reuniones sociales a las que asistía, ya que le gustaba compartir muchos chistes y numerosas anécdotas muy graciosas.

Su responsabilidad por la atención en el consultorio, su labor incansable en los zoológicos en los que trabajó y su empatía para el trato con profesionales y compañeros de trabajo lo transformaron en un referente de diversas consultas ante situaciones que necesitaban de la voz y la experiencia de un experto, ya que se destacó por su sabiduría y la forma de compartir el conocimiento que portaba tras incansables jornadas de estudio, prácticas y la permanente capacitación para la profesión que había abrazado para siempre.