Víctima y acusados: a ambos lados del dolor, un crimen cruza a dos madres

El caso, que se inició en marzo con el tiroteo en la zona de 17 y 525, está en etapa de investigación. Hay tres detenidos y un prófugo

Edición Impresa

Al cielo le imploran para que le llegue el mensaje de amor de familia, con globos lanzados desde el Cementerio el día en el que, el menor de la casa, hubiera cumplido 23 años. En la tierra, los padres y hermanos le reclaman a la Justicia que encuentre a todos los responsables por el crimen cometido en la madrugada del 13 de marzo pasado, cuando Miguel Heredia recibió un disparo en la cabeza que le arrebataría la vida dos días después, en el Hospital de Gonnet.

La investigación por el crimen, ocurrido durante la madrugada del 13 de marzo, no está terminada, pero suma reclamos.

Heredia creció en el Barrio Hipódromo. Allí, en el mismo terreno de la casa de sus padres, había formado su propia familia, pero durante el verano decidió mudarse a un departamento del barrio construido por el Estado en el predio de 19 y 526, Tolosa.

Según su familia, había accedido a un departamento duplex, situado en 17 entre 525 y 526, en una permuta donde entregó un Volkswagen Bora modelo 2014, blanco. La madrugada en la que fue herido había arrancado con una noche en la disfrutada del fresco, después de una de las tantas jornadas que dedicaba a mejorar la nueva casa. Integraba un grupo entre quienes estaban su pareja, Priscilla, su hermano mayor y la novia.

En la casa materna de Miguel sostienen que el primogénito promovió su llegada a una zona donde la vida puede cruzarse fácilmente con un entramado de relaciones vinculadas al delito de robo y narco menudeo, con presuntos puentes hacia policías y políticos.

Entre las hipótesis de la causa está la que plantea en aquella noche una batalla entre dos grupos que se disputarían territorio y negocios sucios. No es la única en relación con el asesinato de Heredia, todavía no aclarado. No obstante eso, la madre de Miguel, Doris Vargas, tiene claro lo que dejó aquella violencia: “Miguel se quedó sin casa, sin auto y sin vida”.

La causa tiene tres detenidos por aquel disparo en medio de una balacera, Claudio Torres, Cristian Godoy y Juan Talarico. Adrián Torres, hermano de Claudio está prófugo.

A fines de marzo, también fue arrestado su hermano mayor, Jonathan junto a su novia, Dana Córdoba, pero en otra causa, por intento de asesinato contra Santiago Piedrabuena (41). En la familia de la chica, un ex barra es señalado por los investigadores como jefe de uno de los sectores en pugna, opuesto al de un puntero de Tolosa, que integrarían los detenidos por el crimen.

Fabiana Vera, es la madre de los hermanos Torres. “Así como los Heredia pelean por Justicia para Miguel yo peleo por la inocencia de mis hijos”, dijo la mujer y cargó contra las decisiones que los involucran en el crimen: “En el horario que pasó todo, mis hijos estaban en sus trabajos, en dos casas de sushi y Adrián (prófugo), luego entró a la cooperativa municipal de 32 entre 17 y 18, donde estaba como coordinador”, dijo.

Según Vera, su hijo no se presenta “porque no quiere que le pase lo de 2008, cuando lo involucraron en el crimen de la cajera del supermercado Vea (525 entre 8 y 9), estuvo preso 4 años y fue absuelto en el juicio”.

La familia de los Torres pide la reconstrucción del crimen. Vera desconfía de la investigación sobre el enfrentamiento y sospecha sobre una pelea entre amigos. “Ahí se va a ver que hay testimonios falsos que señalan a mis hijos” en la escena del crimen.

La investigación la desarrolla la fiscal Virginia Bravo y la causa está en la órbita del Juzgado de garantías Nº 6, a cargo de la jueza Marcela Garmendia.

Doris Vargas, exige una revisión del caso: “La policía actuó mal porque tres de los testigos dicen que la policía estuvo una hora antes (de las balas), hablando con Miguel y luego no se preservó la escena del crimen. Queremos que indaguen a los policías”.

La mujer denunció que “al hacer esa denuncia, amigos y conocidos de algunos policías nos hacen una especie de persecución”. Pero aseguró que no se detendrá: “nunca voy a lograr apagar el dolor, pero quiero que estén presos los responsables y no porque sean conocidos de alguien con poder estén libres”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE