Preocupa el abandono de la obra de restauración de la Basílica San Ponciano

Desde hace tres años se paralizaron los trabajos. Cimientos en riesgo, una vereda bloqueada y sin pistas de la puesta en valor

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La Basílica San Ponciano no pasa por su mejor momento. Hace varios años que tiene la obra de remodelación paralizada y no hay fecha para retomar la obra, y en la vereda de la fachada los automovilistas dejan los vehículos en cualquier parte extendiendo más de lo permitido para la “cochera” está en diagonal 80 y 48.

La situación merece ir por partes: sobre la calle 5 la estructura de chapas que se apodera de la vereda ya está destruida. Al quedar al desnudo ese espacio se puede visualizar que hay colchones, basura y la gente teme que por la noche pueda producirse algún ataque.

La rampa amarilla para los peatones, sobre la calle 5, que quita un generoso espacio para el estacionamiento, está destruida y es un peligro más que un puente de ayuda para miles de peatones que transitan por la zona día tras día.

Dentro del templo, la zona que da a calle 5 no se puede utilizar. Un telón negro le resta espacio a la imponente Basílica céntrica, que llegó a ser el templo principal hasta que se levantó la Catedral de 14 entre 51 y 53. Esa imagen está lejos de ser la mejor para un espacio con tanta historia para La Plata.

En la vereda, de lunes a viernes, en muchas oportunidades no se puede caminar porque hay vehículos que son dejados en zonas no permitidas. Hay una cochera para un estacionamiento acotado, pero la falta de controles lleva a que distintos particulares, fundamentalmente quienes van a la Caja de Policía que está frente al templo, utilicen el espacio más allá de lo permitido por las normas.

MONUMENTO HISTÓRICO ARQUITECTÓNICO

La Basílica es considerada Monumento Histórico Arquitectónico y Artístico de la Provincia.

Desde hace tres años, la iglesia realiza sus actividades, pero tiene un espacio inhabilitado, que le resta unos 3 metros de ancho. En ese sector quedaron encerradas imágenes de santos como Josemaría Escrivá de Balaguer.

“La paralización de las obras también afecta en el orden devocional porque hay santos que quedaron atrás del muro, son los que no pudieron ser trasladados por el peso; también quedó el calvario. Todo está envuelto, pero no quita que sufra algún deterioro”, se informó desde la secretaría parroquial.

“Las obras están paradas, no hay respuestas, ni avance”, afirman desde el templo de manera categórica y es el mensaje que se repite desde hace más de dos años. Es que ya se agotaron todas las instancias administrativas de reclamos, se enviaron notas y se pidieron entrevistas. Nada dio resultado hasta el momento.

Como se sabe, en 2015 se completó la etapa de diagnóstico para su puesta en valor y lo previsto era que el Ministerio de Infraestructura de la Provincia se encargara de tareas que contemplaban la reparación de grietas y fisuras, tanto en la fachada como en el interior.

Uno de los sectores mas comprometidos, que sigue como entonces, es el muro que da a la calle 5. Esa pared presenta problemas en los cimientos y por eso se la apuntaló desde el exterior para evitar dificultades mayores.

Al tratarse de cimientos tan antiguos, los movimientos del suelo causaron levantamientos en el piso y grietas en las paredes. A raíz de eso se pusieron testigos sobre la pared de calle 5 y el deterioro se detuvo durante algún tiempo.

El primer templo que tuvo la Ciudad es propiedad de la Provincia de Buenos Aires por eso se espera que en el menor tiempo posible se retomen las actividades para su puesta en valor.

 

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