Refugios soñados
Edición Impresa | 22 de Diciembre de 2018 | 06:32

Típicas en la región son las cabañas-granero construidas con tablas de madera en pendientes tan empinadas que solo es posible cortar la hierba con la hoz. El arquitecto Thomas Schönauer se inspiró en estas cabañas para diseñar su proyecto turístico en la parte alta de la localidad de See.
Schönauer construyó con piedras, madera y fieltro un pequeño pueblo de chalés con restaurante, recepción, dos suites y una piscina infinita. Los modernos chalés de lujo encajan muy bien en el paisaje, mucho mejor que un gran complejo hotelero. Desde hace poco más de una década, esos pueblos de chalés marcan en muchos lugares el paisaje de los Alpes.
Michael Madreiter construyó hace más de diez años 13 de estilo clásico en la localidad de Leogang, en el estado de Salzburgo, con mucha piedra y mucha madera. Romanticismo alpino moderno con una sauna en la casa y un estanque para nadar en el jardín.
En los Alpes franceses ya se construyeron en las décadas de los 70 y 80 varias estaciones de esquí de estilo chalé. En Suiza también hay muchas casas de vacaciones con servicio, por ejemplo en Verbier, Zermatt y Arosa. Estos alojamientos son muy populares entre los turistas, aunque son bastante caros comparados con un hotel.
”Las casas de vacaciones ofrecen más espacio, más individualidad y más libertad personal que un hotel”, dice el profesor Thomas Kirstges, experto en turismo. “Hay un frigorífico, generalmente una cocina bien equipada y una estufa para cocinar”.
En el valle Pitztal hay para turistas 13 apartamentos en dos casas, así como 13 chalés de tres tamaños diferentes. El más pequeño tiene unos 100 metros cuadrados, dos dormitorios y dos baños, además de una cocina con mesa y banco rinconero y un salón acogedor. “Por la mañana llevamos ahí la caja del desayuno. Nadie tiene que levantarse temprano y sentarse en un restaurante recién bañado”, dice Vivian
Peters, una holandesa que gestiona las casitas y el restaurante junto con su esposo, Niels Beekman. Tales casas estilo chalé son ideales para familias con niños, dice Kirstges. “Los niños pueden corretear sin molestar a nadie y la familia también puede traer a su perro o gato”. Cuando las casas son suficientemente grandes, hay espacio para familias numerosas y grupos de amigos. “También hay cada vez más familias de varias generaciones que se reúnen durante las vacaciones”, explica Markus Seyrling, quien gestiona los “Löwen Chalets” en la localidad de Seefeld.
”En el fondo, los chalés no son otra cosa que casas de vacaciones”, dice Kirstges, pero en una versión 2.0. se diferencian de la masa de casas anticuadas que hay en casi cada localidad turística en los Alpes por su arquitectura, su decoración, el servicio y una muy buena gastronomía.
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