Los grandes desafíos para 2019: dólar, tasas, precios, deuda y reactivación

En el último tramo de su gobierno, Macri tiene por delante una difícil agenda económica que deberá sortear con relativo éxito para mantener intactas sus aspiraciones de reelección. Estos son algunos de los desafíos

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En lo que en apariencia es una gran contradicción 2018 termina el año económico con un nivel de reservas sin precedentes de 66.343 millones de dólares y a la vez un riesgo país que se disparó a su nivel más alto en 4 años por encima de los 800 puntos.

Esto significa ni más ni menos que si bien se cuenta con fondos para hacer frente a los vencimientos externos del año entrante, los observadores dudan respecto a la capacidad de pago a partir del 2020, cuando además de los vencimientos ordinarios se deberá afrontar los primeros reintegros del crédito stand by del FMI por 56.300 millones de dólares.

Pero es más, la calma se extenderá apenas hasta que terminen las fiestas de fin de año, dado que sólo entre enero y febrero se deberá hacer frente a los 3.000 millones de dólares en vencimientos de Letes.

Lo que deja en claro que el fuerte crecimiento del endeudamiento externo será como ya pasó este año uno de los factores que generen mayor preocupación.

Si bien hasta ahora el Fondo Monetario aprobó la política monetaria restrictiva del Banco Central y viene girando los respectivos desembolsos periódicos, ello no significa que el alto nivel del endeudamiento que trepó al 77,4%% del PBI no sea un factor que genere alarma entre los inversores y golpee a otros factores que deben mantener un complejo equilibrio.

En efecto, las últimas corridas cambiarias de septiembre y octubre pasado estuvieron vinculadas al temor al riesgo generado por las dudas sobre la capacidad de repago de la deuda argentina, que en los últimos días e vieron complicadas por la suba de tasas en Estados Unidos.

Y si bien es cierto que en los últimos dos meses el valor de la moneda estadounidense se mantuvo estable por debajo de los $ 40, no lo es menos que estos valores deben ajustarse paulatinamente para ir cumpliendo con la polítita de bandas, aunque con el riesgo cierto de otra disparada sin control como pasó antes de la llegada de Guido Sandleris al Banco Central.

PRECIOS Y SALARIOS

También el tipo de cambio, una variable clave para el bolsillo y la tranquilidad de amplios sectores de la población argentina, una vez estará puesto a prueba por la tradicional puja distributiva, claramente afectada. Este panorama no se verá afectado por las tasas de inflación en descenso, pero que de ninguna manera estarán por debajo del 25 por ciento, según las proyecciones optimistas, ya que el REM del Banco Central las ubicó en diciembre en 27,5, aún alto, pero sustancialmente màs bajo que el de esta año. Sin embargo estas mediciones también coinciden en que se prolongará la recesión que para este año llegaría a 2,4 y el año próximo tendría una caída en la actividad del 1,2%.

Es así, que el Gobierno busca alternativas, no sólo para mantener en equilibrio las variables que más afectan a su posible reelección sino también a otras que pueden derivar en un drástico malestar social, como ser la prolongación de la etapa recesiva, ratificada oficialmente en el tercer trimestre del año con las mediciones del Indec.

Para colmo uno de los factores a los que apostaba fuerte la actual administración para salir del estancamiento económico, quedó en stand by. En efecto las obras públicas, siempre motivo de rápida recuperación de la actividad quedaron bajo un cono de sombras, debido a que la disparada del riesgo país volvió casi impracticable el proyecto de Participación Pública Privada (PPP) con las cuales se pensaba oxigenar su recuperación.

UN AÑO DIFÍCIL

Y si para el año que está por terminar se esperaba una trayectoria del tipo de cambio y la inflación más estables de lo que efectivamente sucedió. Por caso, en abril se proyectaba para fin de año un dólar a $ 22,5 y una tasa de inflación en torno a 22%, mientras que en la actualidad se espera que 2018 cierre con el dólar en $ 40 y la inflación en 47,5%. Como la mayoría de las paritarias cerraron durante el primer cuatrimestre (antes del salto cambiario y la aceleración de la inflación), los salarios fueron los más rezagados pese a reajustes realizados en los últimos meses del año. Concretamente, los salarios de los empleados formales acumularán un alza de 31% a lo largo de 2018 muy por debajo del resto de los precios de la economía.

De hecho, el tipo de cambio experimentará en este frenético año una suba superior al 100% interanual, mientras que las tarifas de servicios públicos, que poseen una estructura de costos sensiblemente dolarizada, treparán 65% interanual de acuerdo a los anuncios oficiales.

Es decir que el último de los desafios del Gobierno para 2019 será la recomposición salarial.

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