Robó en una panadería y lo atraparon los vecinos

Cuando restaban apenas 10 minutos para que Sofía baje la persiana en su panadería del barrio La Loma, un hombre de entre “50 y 60 años” estacionó la bicicleta en la puerta y entró al comercio.

“La verdad, creí que era un cliente. Ni me imaginé que me venía a robar”, le dijo la encargada del local de 35 entre 29 y 30 a EL DIA.

Lo curioso de toda la historia es que el ladrón no habló en los pocos segundos que duró el hecho.

Tras saludarlo, Sofía le preguntó qué necesitaba.

El sujeto no respondió. Rodeó el mostrador y caminó directo hacia la mujer.

Todavía sin entender qué pretendía, la joven sólo atinó a mirarlo mientras él se acercaba cada vez más.

“Yo estaba contra la caja. Me empujó, caí hacia atrás y me golpeé la cabeza contra el escalón que da a la cocina”, detalló la damnificada.

Mientras tanto, el asaltante se apoderó de algunos billetes (unos 700 pesos) y, antes de retirarse, también sustrajo un pan dulce.

Al verlo salir, Sofía evaluó dos cosas: primero, que sus hijos estaban en la parte de atrás del negocio. Temiendo por ellos, prefirió no gritar.

En cambio, y como el desconocido no había mostrado un arma en ningún momento, salió decidida a pararlo.

“Lo agarré de la remera cuando subía a la bici y ahí si grité que me estaba robando”, indicó.

Los vecinos que escucharon salieron con rapidez a ver qué sucedía.

Entonces corrieron al delincuente hasta la esquina de 35 y 30, donde lograron reducirlo.

Algunos minutos más tarde, la policía llegó a la escena y lo detuvo.

En tanto, Sofía aseguró que “a partir de ahora voy a cerrar con llave a toda hora. En siete meses que estoy es el primer robo, pero no quiero que haya un segundo”.