Échate a dormir
Edición Impresa | 8 de Diciembre de 2018 | 04:28

Por JUAN JOSÉ YAÑEZ
La final de la Copa Libertadores 2018 se puede observar desde varios ángulos también en Madrid. Los (muy) pocos conocedores y amantes del fútbol sudamericano están entre sorprendidos y maravillados. Algo que nunca habían soñado está por ocurrir en horas (se supone) a pocas manzanas de sus casas. La colonia argentina, más de lo mismo. Pero para la gran mayoría de los madrileños, el partido tiene un interés más cercano a la sección policiales de un diario (o a lo antropológico, si nos ponemos académicos) que a lo deportivo.
Es raro encontrar gente que pregunte acerca de la actualidad de los equipos o sobre las probables formaciones, pero es muy común ser interpelado sobre si vienen o no los barrabravas. La verdad es que cuando se habla de la final, casi no se menciona otra cosa. Increíblemente, nombres como Di Zeo o Godoy se han convertido en recurrentes en los medios de comunicación españoles y la deportación de Mazzaro abrió todos los noticieros nacionales.
Además, más allá del temor por los posibles actos de violencia, los vecinos de la ciudad viven la final de la Libertadores como un incordio. Muchas calles céntricas estarán blindadas el fin de semana por casi 4000 policías además de estar cortadas al tráfico. Más vale prevenir, dice el refranero. Las imágenes del ataque al autobús de Boca se televisaron casi en directo y toda España vio la secuencia que ha colmado el vaso de las desgracias del fútbol argentino. Sobre la estupidez humana también se ha escrito aquí mucho durante los últimos días.
En cuanto al negocio de la final, hay para todos los gustos. La Asociación de Hoteles de la capital anunció que tendrá casi completa la capacidad de sus establecimientos. También los restaurantes ya están sintiendo la presencia de los hinchas argentinos. Por otro lado, aunque se da por descontado el lleno del Bernabéu, la reventa no está dando el beneficio que se esperaba. Cientos de socios del Madrid están devolviendo las entradas que compraron con la esperanza de ganarse una paga extra para hacer frente a los regalos navideños. Todavía el viernes se conseguían entradas por los canales de venta oficiales. A pesar de todo, con su más y sus menos, se estima que la final dejará en la ciudad unos 25 millones de euros.
UN TRISTE REESTRENO
En el año 2011, Canal +, la cadena de televisión de pago más importante de España, emitió un documental en el que el periodista vasco Jon Sistiaga se sumergía en el inframundo de las barras bravas argentinas y se lo revelaba a los televidentes españoles. Palizas por encargo, tráfico de drogas, reventa de entradas y extorsión a socios, entre otras distinguidas actividades, sorprendían a los azorados espectadores. El programa hizo bastante ruido en los círculos relacionados con el fútbol. Esta semana, a siete años de su estreno, el canal, con mucho olfato para detectar el interés del público, lo volvió a poner en el aire.
Sin embargo, hay que decir que de momento, a horas de la final, los hinchas se han comportado de la mejor manera. El viernes ya se empezaron a ver grupos numerosos de aficionados de River y Boca en los puntos más importantes de la ciudad, cercanías del Estadio Santiago Bernabéu incluidas, voceando las clásicas canciones de cancha. Efectivos de la Policía Nacional los vigilaban de muy cerca. Hazte fama.
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