“Trabajé 25 años en la fuerza y dejé la vida de mi hijo en mis compañeros”, lamentó el padre

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El padre del joven cadete muerto en La Rioja aseguró ayer que trabajó 25 años en la Policía y “nunca” pensó que iban a matar a su hijo, aunque reconoció que los entrenamientos son una “tortura”.

“Dejé la vida de mi hijo en mis compañeros. Yo trabajé 25 años en la Policía, pero nunca pensé que me mataran a mi hijo”, aseguró Roque Garay, quien destacó que Emanuel era el único de sus cuatro hijos que quería entrar a la fuerza.

“El lunes se levantó a las 4 de la mañana, alegre, contento, porque estaba bien entrenado para hacer su sueño, empezar una nueva vida. Nosotros lo ayudamos a vestirse, se fue a la cinco de la mañana”, recordó Garay, emocionado.

El hombre dijo que temía que su hijo no pasara el entrenamiento “porque es muy duro” y recordó que le dijo: “Si te llegás a sentir mal, te tirás al suelo y decís que estás acalambrado”. Relató que “lo primero que hacen es una formación en el patio de armas, que es de hormigón, y ahí están formados dos horas al rayo del sol”, por lo que -señaló- “más que entrenamiento es un castigo”.

“Después empieza el ‘baile’, movimientos vivos lo llaman, saltos de rana, los hacen dar vuelta en el asfalto, los hacen correr de espalda. El aguantó esa mañana, pero se fueron quince de baja”, aseguró.

Garay dijo que esto “es común en la Escuela, viene desde hace años” y lo atribuyó a que “se inscriben 300 ó 400 y se reciben 50”.

Roque Garay, hermano de la víctima, dijo que “lo mataron como a un perro, lo destrozaron”.

 

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