Crece la tensión por las nuevas denuncias sobre el Rusiagate
Edición Impresa | 18 de Febrero de 2018 | 02:55

MUNICH
Representantes de los gobiernos de Estados Unidos y Rusia chocaron ayer en la Conferencia de Seguridad de Munich en torno a las presuntas interferencias rusas en las elecciones de EE UU tras las acusaciones formalizadas el viernes por el fiscal, Robert Mueller.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Herbert Raymond “H.R.” McMaster, calificó en este foro de “incontrovertibles” las evidencias presentadas por Mueller contra trece ciudadanos rusos y tres entidades rusas, a las que el fiscal especial acusó de lanzar “una guerra informativa”.
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró por su parte en esta conferencia, aunque en un acto separado, que las acusaciones sobre la implicación rusa eran mera “palabrería” ante la ausencia de evidencias.
McMaster fue más allá y acusó al Gobierno ruso de tratar por distintos medios de “socavar las democracias en Occidente”.
A su juicio, las evidencias de la vinculación rusa son ahora “públicas” e “incontrovertibles”, gracias a los avances técnicos, que han permitido atribuir las actividades en internet y trazar los ataques hacia atrás hasta llegar a su origen.
POLARIZACIÓN
El asesor de Seguridad Nacional subrayó además dirigiéndose al Gobierno ruso que su intento de polarizar a las sociedades occidentales promoviendo a grupos extremistas tanto en la derecha como en la izquierda “no funciona”. Lo que está provocando, prosiguió Mueller, es que se esté uniendo la inmensa mayoría del espectro político contra Rusia, como sucedió en el Senado estadounidense cuando se aprobaron de forma mayoritaria las últimas sanciones contra Moscú.
Lavrov, por su parte, solo se refirió a esta cuestión al ser interrogado al respecto después de ofrecer un discurso y entonces se limitó a decir que no tenía una respuesta y que hasta que no se presentasen “hechos” todo era “sólo palabrería”. El ministro ruso denunció en su discurso la difusión del “mito irracional de la amenaza rusa” en Occidente que se ha propagado en los últimos años y apuntó que se quería ver la huella del Kremlin en todo tipo de acontecimientos, “del ‘brexit’ al referéndum catalán”.
Lavrov atacó el conjunto del relato occidental sobre la situación actual de las relaciones exteriores, de Siria a Ucrania, y acusó a la Unión Europea, EE UU y la OTAN de mentiras y violaciones de la legalidad internacional.
Asimismo aseguró que Rusia es la primera interesada en acabar con el “conflicto interno” de Ucrania y que desea una UE fuerte dentro de una arquitectura internacional equilibrada donde EE UU, la EU y Rusia cooperen en el ámbito de la seguridad.
Mueller, encargado de investigar la trama rusa, acusó a trece ciudadanos y tres entidades de Rusia de haber lanzado “una guerra informativa” en Internet para influir en las elecciones de 2016.
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, insistió ayer en que su campaña no conspiró con Rusia para ganar las elecciones de 2016, al citar un artículo que asegura que los cargos presentados el viernes contra trece rusos suponen “una gran victoria” para los argumentos del mandatario.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, Trump citó un artículo de opinión publicado el viernes en el diario The New York Post, que según algunos analistas le dan “una gran victoria al presidente”. (AP y EFE)
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