¡Sobrevivió!: el cineasta Kevin Smith se sobrepuso a un infarto masivo

El cineasta Kevin Smith, conocido por películas como “Clerks” o “Chasing Amy” y una de las voces preponderantes del cine independiente estadounidense en los ‘90, publicó en su perfil de Twitter que ha sufrido un ataque al corazón “masivo”, pero que se recupera satisfactoriamente.

Smith, quien se encontraba rodando el programa “Kevin Smith Live!” en el Teatro Alex, de la localidad de Glendale (California), adjuntó una fotografía desde la cama del hospital pasada la medianoche en la costa oeste estadounidense.

Según su testimonio, el médico que lo trató le dijo que tenía una arteria coronaria completamente obstruida y se procedió a implantarle un “stent” (prótesis intravascular).

El realizador, de 47 años, tenía previstos dos monólogos con su programa de humor a las 18 y a las 21 del domingo, pero explicó que tuvo que cancelar el segundo tras encontrarse indispuesto.

“Si no llego a cancelar el segundo show para ir al hospital, habría muerto esta noche. Pero, por ahora, sigo sobre la tierra”, escribió divertido a pesar de haber rozado la muerte el director de cine, reconocido por su humor y su acidez para expresarse sobre la industria de Hollywood.

Smith actualmente presenta y produce el programa de televisión “Comic Book Men” y acaba de dirigir un episodio de la serie “Flash”, mientras continúa con otra de sus pasiones: los podcasts en internet, género en el cual se ha vuelto todo un experto y donde vuelca sus opiniones sobre su afición, la cultura comiquera pop, que en estos años ha estallado.

Smith es de hecho autor de varios comics, y llegó a escribir un guión para un filme de “Superman” que nunca se realizó, cuando su carrera recién comenzaba tras el éxito de su ópera prima, “Clerks”.

Su último trabajo detrás de las cámaras fue “Yoga Hosiers” (2016), una comedia de horror sobre dos jóvenes adolescentes adictas al yoga que se enfrentan a una fuerza malvada ancestral.

Además del filme, el año pasado apareció interpretándose a sí mismo en “The Disaster Artist”, la película de James Franco que asomaba para ganar premios hasta que su director fue acusado de acoso.