Un sector vulnerable que reclama urgentes medidas de prevención
Edición Impresa | 6 de Febrero de 2018 | 02:09

En las últimas semanas el cordón flori fruti hortícola de la Región se convirtió en uno de los epicentros de la inseguridad más salvaje.
La mayoría de las víctimas son de nacionalidad boliviana y han sido atacadas en sus viviendas, en mitad de la noche, y a manos de delincuentes que irrumpieron a las patadas, en algunos casos después de matar a sus mascotas, para golpearlas, torturarlas y amenazarlos con las peores cosas.
La zona Oeste, lindante al corredor que forman las rutas 2 y 36, atravesando las localidades de Abasto, Melchor Romero y Olmos, es foco de esta forma de violencia, que en el último mes ya sumó varios casos.
Actúan bandas de no menos de tres integrantes, todos con experiencia y preparados para actuar con violencia.
En muchos de los objetivos han irrumpido enfundados en uniformes de fuerzas de seguridad, sobre todo con chalecos antibalas, o con prendas que -en la oscuridad- pueden parecelo. Si no tienen la ropa, igual se presentan como policías.
Por eso el clamor, el reclamo de urgentes medidas de seguridad, a través de la intervención de especialistas en la materia. Aquellos que entiendan de la geografía que ocupan, donde las grandes extensiones, los caminos que muchas veces no ayudan y los problemas de comunicación, siempre juegan a favor de la delincuencia.
Para citar sólo un ejemplo, hace una semana, a las dos de la mañana, atacaron a seis personas que dormían en una quinta de 38 entre 169 y 170. Allí, tras amenazarlos con armas, los intrusos les pegaron patadas y maniataron a un hombre de 65 años, a su esposa de 60 (ambos bolivianos) y a tres hijos suyos de 39, 24 y 22 años.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE