Dos familias de quinteros vivieron una pesadilla en Olmos por la inseguridad

Eran las nueve de la noche del domingo cuando en dos viviendas ocupadas por distintas familias de quinteros bolivianos, en un predio de Olmos dedicado a la horticultura, el terror se instaló de repente. Un grupo de delincuentes armados y encapuchados acababa de meterse en el lugar .

Como este diario informó en exclusiva en su edición anterior, la escena se desarrolló en un campo situado en ruta 36 y la calle 84.

Los asaltantes llegaron en un auto y repartieron tareas. Dos ingresaron a la finca y sus cómplices se quedaron afuera de campana.

Precisamente, de acuerdo a los datos que aportaron algunas de las ocho personas que estaban allí en ese momento de profunda angustia y tensión, los dos ladrones “tenían gorras y se taparon la cara con remeras”. Y además los intimidaron apuntándoles con sus armas de fuego, así como les hicieron repetidas amenazas de muerte.

La dramática situación duró 40 minutos, que se tornaron interminables.

“Nos robaron, golpearon a algunos de nosotros con culatazos en la cabeza y en otros casos con una tenaza”, explicaron.

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Ervin (25) y Limber (21) Tardío Solís, dos de las víctimas, indicaron que “tres de nuestros familiares tuvieron que ser atendidos en el hospital de Romero por los culatazos y, en un caso, porque los golpes afectaron un tímpano”.

TODOS JUNTOS Y AL PISO

Con la angustia todavía a flor de piel, Ervin y Limber repasaron otros detalles de la auténtica odisea que les deparó la presencia de los asaltantes.

“Primero nos sorprendieron en nuestras dos casas, pero luego nos juntaron a todos en una sola y nos hicieron tirar al piso”, reflejaron.

Con obsesiva insistencia, les reclamaron una y otra vez más dinero que el que les habían entregado.

Si bien ambos hermanos no confirmaron la cantidad de plata que sustrajeron los ladrones, fuentes policiales aseguraron que la suma ascendió a “10.000 pesos”.

En cambio, los jóvenes citaron que “además de dinero nos sacaron cuatro celulares y dos Nextel”.

Sobre cuáles fueron los momentos de mayor miedo que les tocó afrontar, mencionaron que “en una de las casas estaba un hombre al que le pegaron en la cabeza con una tenaza, con la que atacaron además a la hija en la espalda y al hijo en un tímpano”.

“Pero fue terrible además cuando amenazaron con llevarse a una beba de 6 meses y con cortar los dedos a otros de nosotros. Y a los gritos también nos insultaban”, acotaron.

Los adultos y menores que conforman estas dos familias de quinteros conocidas entre sí, temieron, por momentos, que algunas de las amenazas de la banda se hicieran realidad.

Al respecto, ambos jóvenes admitieron que “fue horrible, a cada rato pedían más plata y a los gritos. La pasamos bastante mal”.

Limber señaló que en su caso “me pegaron un fuerte culatazo en la cabeza, al igual que a un hermano, al que lo asustaron diciéndose le que le iban a llevar a su beba de 6 meses”.

Pese a que los asaltantes cubrieron sus rostros para que no pudieran ser eventualmente identificados por las víctimas, los hermanos Tardío Solís percibieron - por sus voces- que se trataba de personas jóvenes.

Luego del ataque, personal policial se abocó a la búsqueda de los autores del golpe, aunque hasta el momento se ignora su paradero.

La seguidilla de asaltos violentos a quinteros de nuestra región que se vienen cometiendo en las últimas semanas (ver aparte), llevó a pensar inicialmente que también en este caso podría tratarse de la misma banda.

Pero en relación a los asaltos más recientes, en este último caso hubo algunas diferencias.

De acuerdo a lo que contaron los hermanos Tardío Solís, “a nosotros no nos ataron y tampoco los ladrones aseguraron ser policías”.

Esas circunstancias impulsan a suponer que podría estar operando más de una banda de delincuentes en los ataques a quinteros radicados en el cordón hortícola platense.

Como sea, en todos los casos estos robos ejecutados con impiadosa agresividad y sembraron pánico entre las víctimas.

“Hace 4 meses que estamos acá y sólo nos habían robado un acoplado para sacar verduras. Pero esto fue muy distinto”, citaron los hermanos.