Los chicos, la comida, el caos y las sospechas

El servicio alimentario en las escuelas, eje de una disputa política

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Por LAURA ROMOLI
lromoli@eldia.com

Una patada un hormiguero puede ser para bien o para mal, sin embargo, más allá de cómo se valore su intención y efecto a largo plazo, su consecuencia inmediata es la del caos más absoluto y es la que tiene como espectadora hoy a la opinión pública platense, mareada en el desconcierto de denuncias cruzadas, funcionamientos deficientes y la penosa realidad de que más de 15 mil chicos de nuestra ciudad necesitan comer en la escuela.

Fue el tema de la semana. Con el inicio de las clases, el Servicio Alimentario Escolar (SAE), cuyos fondos provienen de la administración provincial y son determinados por el ministerio de Desarrollo Social, inauguró su nueva modalidad de ser gestionado por el municipio. La decisión de quitarle esa competencia al Consejo Escolar fue de la gobernadora Vidal, que ya lo implementó en varios municipios, frente a sospechas de presuntos fraudes en las contrataciones de proveedores y otras irregularidades.

Con el inicio de las clases se inauguró una nueva modalidad del SAE que pasó a la órbita municipal”

 

Este cambio tiene varias aristas. El primero –más urgente, sensible e importante- es que los desayunos, almuerzos y meriendas llegaron con dificultad a las escuelas de la región, o, lo que es peor, no llegaron. En el Ejecutivo dicen que esos problemas se explican por el inicio de la ejecución de un complejo sistema que con los días será aceitado. La respuesta no satisface a nadie. No sólo porque hay chicos que esta semana no tomaron la leche o no tuvieron su vianda, además de maestras, auxiliares y directores de escuela que se las vieron negras a la hora de adaptarse (hacer magia), por ejemplo, con el acopio de alimentos perecederos sin tener heladera. Pero, además, la explicación del arranque caótico que “ya se acomodará” no satisface a nadie porque el intendente Julio Garro sabía desde octubre del año pasado que a esta altura tendría esta responsabilidad, es decir, esta función que le asignó la Provincia no llegó de golpe y porrazo.

Y entendiendo esto el tema a abordar ¿es quién maneja el SAE? ¿Existe un área específica que se encargue de hablar directamente con las escuelas, los proveedores, las logísticas y esté cerca de los casos particulares? No. El SAE está a cargo de la Secretaría de Coordinación del Gabinete, que debe resolver esto en medio de todos los temas que a diario tiene por hacer la Comuna. Quedó claro en el mensaje de Garro a los funcionarios de su gabinete, ese en el que les dijo que en estas primeras semanas se aboquen a controlar la situación en distintas escuelas. Escuchaban todos. Pero la pregunta que vale es (y sólo para mencionar un caso al azar): ¿Debe el secretario de Control Ciudadano controlar el SAE, en lugar de abocarse al funcionamiento de los semáforos, control de la venta ilegal y otros varios problemas de su área?

¿Y los concejales? Afirman que controlarán el SAE y el Fondo Educativo. Por lo tanto, al menos esta semana, están haciendo de consejeros escolares. Pero la ciudadanía los votó para algo que incluye estos temas pero que es más amplio: legislar. Los miembros del Consejo Escolar también fueron elegidos por el pueblo para un cometido específico al tema que convoca y que ahora les queda casi vaciado. Entre una denuncia judicial por presunto “cohecho” y “sobreprecios” que presentó el municipio y la medida de Vidal, se entiende que esos estamentos están harto sospechados. Sin embargo, y en caso de que la justicia lo compruebe, ¿quitar funciones a un estamento instituido por ley vale para combatir la corrupción? Hasta ahora poco se apuntó a quienes deben controlar su funcionamiento: el Tribunal de Cuentas y la Dirección de Escuelas.

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