“Conviene tomar precauciones”

Edición Impresa

Por RAÚL MARTÍNEZ FAZZALARI
Abogado

La gratuidad de la mayoría de las aplicaciones genera unas reglas del juego según las cuales el usuario las baja, las prueba y al corto tiempo las elimina. O las conserva, pero deja de usarlas.

Salvo el caso de las más populares, como las correspondientes a las redes sociales, las que se bajan para ver películas y series o para escuchar música y algunas pocas específicas que van a depender de las costumbres de cada persona, son pocas las que realmente se utilizan con frecuencia una vez instaladas.

Pero este hábito de bajar aplicaciones “para probar” también incluye un costado riesgoso.

Es que muchos de estos recursos pueden rastrear datos o el geoposicionamiento del dispositivo que las baja.

Esto implica el riesgo de que esos datos sean utilizados posteriormente con fines comerciales.

Frente a esta situación una sugerencia es tener en cuenta, antes de bajar una aplicación, el grado de seriedad de la empresa que la creó, para evitar el rastreo de datos. También hay que ser cuidadosos, especialmente, cuando se nos pide el ingreso de datos personales para bajar esa aplicación.

Por lo demás, el mundo de las aplicaciones termina reduciéndose a lo lúdico y el entretenimiento.

Es cierto que algunos pueden utilizar un recurso específico, como las que se utilizan para medir variables cuando se hace ejercicio, pero siempre estamos hablando de un puñado de aplicaciones bastante reducido en comparación con todo lo que se ofrece.

De manera tal que la mayor parte de las que se bajan quedan en el olvido, se usan un tiempo, se prueban y se dejan de usar.

A pesar de la sobreoferta de propuestas, las aplicaciones no nos cambian la vida.

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