Los tatuajes no están tan quietos como parece

Edición Impresa

Los tatuajes son para siempre, sí. Pero no están tan quietos como parece. Un grupo de investigadores franceses ha descubierto que los cristales de tinta de los tatuajes son constantemente engullidos, regurgitados y devorados de nuevo por las células inmunitarias de la piel, lo que plantea nuevas técnicas de borrado.

En un estudio publicado por el Journal of Experimental Medicine, los investigadores describen cómo estas células llamadas macrófagos absorben el pigmento y no lo liberan hasta que mueren, momento en el que otras células inmunitarias encargadas de eliminar agentes extraños vuelven a fagocitar la tinta.

El ciclo se repite una y otra vez, por lo que el tatuaje nunca desaparece.

En un experimento, los científicos tatuaron la cola de unos ratones y esperaron a que los macrófagos recogieran el pigmento.

A continuación, eliminaron las células y volvieron a esperar. El tatuaje seguía viéndose exactamente igual que al principio. ¿El motivo? Las células muertas estaban liberando la tinta en la dermis al morir y esta era recogida nuevamente por las células vecinas.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE