Guillermo Caselli Urrutia
Edición Impresa | 7 de Marzo de 2018 | 03:59

Con una vasta y fecunda trayectoria en la docencia y la función pública, Guillermo Caselli Urrutia fue referente en el terreno de la ingeniería, deportista amateur destacado, académico de renombre y comprometido hombre de familia. Su fallecimiento, a los 93 años, provoca hondo dolor entre quienes lo conocieron y valoraron en los múltiples campos del quehacer platense en los que supo marcar su impronta.
Descendiente de una familia con arraigo fundacional, Guillermo Luis nació en nuestra ciudad el 23 de octubre de 1925; único hijo de Juana Cruz Urrutia y Luis E. Caselli, abogado, tuvo en la profesora María De Lázaro una genuina madre del corazón tras el fallecimiento de Juana.
Las inmediaciones de plaza Moreno fueron el escenario de su infancia y adolescencia, junto con las aulas de la Escuela Anexa, el Colegio Nacional y la Universidad Nacional de La Plata, donde se graduó como ingeniero civil e hidráulico.
Tras ejercer brevemente la profesión como particular, inició su prolongada actuación docente, por partida doble; en la facultad de Ingeniería de la UTN, y en la de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP. Desde allí formó a varias generaciones de estudiantes, participó en laboratorios de investigación, y publicó trabajos de consulta ineludible. Como funcionario se desempeñó en el Ministerio de Obras Públicas y la dirección de Vialidad bonaerense, de la que fue consejero asesor. También fue parte de la conducción del Centro de Ingenieros.
Deportista por naturaleza, practicó desde su juventud esgrima, natación, remo y automovilismo, afición esta última que compartió con su amigo del alma y colega Aldo Parma. Apasionado del camino, viajó junto a los suyos descubriendo el país.
Identificado con el ideario del radicalismo, hincha de Estudiantes, disfrutaba de la música clásica en vivo, en el antiguo Teatro Argentino. Las convicciones firmes marcaron su carácter, pero era un ameno anfitrión de encuentros familiares y con amigos en su quinta ensenadense, frente al Club de Regatas.
Casado en los tempranos años ‘50 con Martha Tuculet Castex, edificó en 15 y 50 una casa amplia y con jardín. La pareja tuvo dos hijas, María Marta y Gisela, que se prolongaron en seis nietos -Mariano, María Ivone, María Eugenia, Guillermo, Josechu y Alejo- y tres bisnietos: Felipe, Matilda y Juanita.
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