El vecino baleado en Los Hornos sigue grave y su familia reclama seguridad
Edición Impresa | 7 de Marzo de 2018 | 04:36

El vecino de Los Hornos que recibió dos escopetazos el lunes pasado sigue en la pelea más difícil de su vida. Conectado a un respirador artificial, los médicos aguardan el paso de las próximas 48 horas para saber si responde al tratamiento.
El cuadro es complejo: “Está en coma farmacológico, con traqueotomía en virtud de un edema pulmonar, complicada la traquea, perforado el pulmón, comprometido el hígado y con proyectiles extraños en el pericardio del corazón”, indicó un vocero de la investigación, a partir del informe que les llegó desde el Policlínico San Martín.
“Son horas cruciales”, expresó la misma fuente, quien identificó a la víctima como Saúl Rubén Pablo Gauna (47).
Ayer EL DIA habló con Diana (27), su hija, quien reconoció que el estado del hombre empeoró con el correr de las horas.
“Cuando llegó al hospital se lo veía lúcido. Lo acostaban en la camilla y él se levantaba, se quería ir. Pero con el paso del tiempo la situación empeoró. Tiene perdigones por todas partes, que le fueron afectando distintos órganos”, explicó.
“Nos dijeron que ahora tenemos que esperar, no queda otra”, agregó.
Según la joven, “mi papá jamás tuvo un inconveniente con nadie. Es constructor, contratista de obra. Siempre trabajó y se ganó la vida rompiéndose el alma. Pero la ligó de rebote. El problema lo tuvo mi tío”.
Precisamente, siempre en base a los dichos de Diana, en la previa al ataque a Gauna, hubo un incidente entre el autor de la agresión y el hermano de su padre.
“Es familia, pero cada uno debe arreglar sus temas. Sabemos que hubo una discusión por cuestiones que vienen desde hace tiempo, mi tío y la otra persona terminaron en la comisaría y parece que se pelearon ahí adentro”, mencionó la hija de la víctima.
“Ahora, no sabemos cómo, esa persona se escapó de la comisaría, fue hasta la casa, agarró la escopeta y le disparó a mi papá, que no tenía nada que ver. Lo cruzó en el camino”, indicó.
UN CALVARIO
A todo esto, para la familia Gauna, mientras esperan que Saúl supere este difícil momento, empieza otro calvario: vivir con el miedo a sufrir más actos de violencia.
“Tenemos terror. Esta gente -por el tirador y sus allegados- son peligrosos. Venden droga desde hace años y amenazan a la gente con armas. Se pasean como si nada por la calle y se jactan de que son intocables”, contó Diana muy preocupada.
“Nos quieren quemar la casa y no tenemos custodia. No sabemos qué hacer. Hasta se nos cruzó por la cabeza irnos del barrio, donde vivimos desde siempre. Es algo injusto”, aseguró.
La joven mencionó que dentro de un mismo predio, en la calle 64 entre 153 y 154, tienen la casa la abuela y parte de su familia (aparte de Saúl Gauna también está su madre, dos de los seis hermanos y un sobrinito de tres años ).
“Nosotros queremos que cambien la carátula de la causa. Estuve en la fiscalía, pero no recibí respuestas. A mi papá intentaron matarlo. Le pegaron con una escopeta y dicen que sólo es lesiones. No entiendo”, se quejó.
Por el caso, todavía no hay detenidos, más allá de que estaría identificado el autor de los disparos.
Como este diario publicó en exclusiva, el hecho tuvo lugar en la calle 152 entre 61 y 62 .
Los informantes indicaron que, producto de la agresión, con lesiones visibles en el rostro y en el tórax, a Gauna lo tuvieron que trasladar al Policlínico San Martín.
Las mismas fuentes aclararon que ya existiría un antecedente de violencia entre el hermano de la víctima y la familia del victimario, que motivó el inicio de un expediente por “lesiones recíprocas”.
De todas formas, desde el lado del damnificado aseguraron haber denunciado “infinidad de veces” al otro grupo por distintos delitos, como se dijo, entre ellos la presunta venta de drogas y el uso de armas de fuego.
En el hecho interviene personal de la comisaría tercera, con conocimiento de la UFI penal en turno de la Ciudad, la Nº 7, que encabeza la doctora Virginia Bravo.
“Cuando llegó al hospital se lo veía lúcido pero con el paso del tiempo la situación empeoró”
“Agarró la escopeta y le disparó a mi papá, que no tenía nada que ver. Lo cruzó en el camino”
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