La loca vida de Barney: de dinosaurio a dar “orgasmos cósmicos”
Edición Impresa | 1 de Abril de 2018 | 02:27

Los héroes infantiles suelen tener dos caras: como nos enseña Krusty El Payaso en “Los Simpson”, detrás de la felicidad constante y antinatural que muestran en el escenario y en la pantalla de televisión suelen esconderse divos, profesionales amargados y desencantados e, incluso, la frustración lleva a algunos hacia los vicios. Casi todos hemos visto detrás de escena, o cruzado en la calle, a alguno de nuestros ídolos infantiles: el choque con la realidad es sin dudas fuerte. Pero pocos choques tan extremos como el de los niños que crecieron con el dinosaurio Barney, el bicho violeta que protagonizó entre 1991 y 2009 “Barney y sus amigos”, un show infantil de tardío aterrizaje y no tanta relevancia en Argentina, pero a la vez un personaje que es parte de la cultura popular, al punto que todos saben de quién hablamos cuando hablamos del dino violeta.
Joyner aseguró que sus clientas reciben ”un baño ritual, un balance de los chakras y un masaje”, así como “orgasmos cósmicos y alucinantes” durante sus terapias.
La serie educacional sobre el monstruo amigable que enviaba mensajes positivos y didácticos a los niños que lo rodeaban y a los niños de decenas de países que lo miraban por la tele a través de las canciones más inocentes que se puedan imaginar tuvo a varios hombres debajo del traje violeta, pero el original es un tal David Joyner, encarnación del dino durante una década, entre 1991 y 2001. Pero desde que colgó el disfraz, la vida de Joyner dio un fuerte vuelco...
“La energía que traía mientras estaba en el traje está fundada en la base del tantra, que es el amor. Todo se desarrolla, crece y evoluciona del amor.
Joyner es hoy empresario de masajes y profesor de sexo tántrico. Su empresa se llama “Tantra Harmony”, un local que fue fundado en 2004 y que sigue vigente, tras su abandono de la actuación hace ya una década y media. Ahora, además, contacta a sus clientas “voz a voz” con la ayuda de la tecnología, a través de Tinder, la aplicación para citas.
Sus clientes son exclusivamente mujeres, a las que Joyner se refiere como sus “diosas” a quienes ayuda a “liberar sus energías bloqueadas”. En su trabajo también le ofrece sexo tántrico a sus clientas y se llama a sí mismo un “maestro del masaje tántrico y líder espiritual”. Verdaderamente bizarro.
Pero lo más bizarro es que Joyner asegura que las tareas que desarrolla como gurú del sexo tántrico no difieren mucho del trabajo que realizaba cuando interpretaba a Barney.
“La energía que traía mientras estaba en el traje está fundada en la base del tantra, que es el amor. Todo se desarrolla, crece y evoluciona del amor. Antes de ponerme el disfraz, le rezaba a Dios y le pedía que me dejara su amoroso espíritu divino para fluir a través de mí, a través del disfraz, y dejar que eso atrajera a los niños”, dijo el ex actor, que practica la doctrina desde los 20 años, en una entrevista. Joyner, que tiene unas treinta clientas, aseguró además que sus clientas reciben ”un baño ritual, un balance de los chakras y un masaje”, así como “orgasmos cósmicos y alucinantes” durante sus terapias.
¿Cuáles son los costos de una “clase” de sexo tántrico realizada por el ex Barney? Nada menos que 350 dólares, y cada sesión dura entre 3 y 4 horas. Un muy buen trabajo que explica el cambio de vida de Joyner...
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