Denuncian picadas y pruebas de velocidad en Gonnet-Bell

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Una serie de estruendos, que llegan a ser ensordecedores, castiga a los vecinos de Gonnet-Bell que viven sobre el camino Belgrano. Es el “ruido infernal” de los motores de autos que se preparan o “tunean” en un taller mecánico de la zona. A eso se le suman las pruebas de los vehículos en cuestión, que salen disparados rumbo a City Bell.

Los carteles que indican como velocidad máxima 60 km/h quedan como un decorado. Así se siente también la gente de la zona, que no tiene posibilidades de tener un descanso adecuado por semejante contaminación sonora. También hubo reclamos en la zona aledaña al arroyo Rodríguez, que marca el límite entre las dos localidades.

Es que, según denunciaron varios de ellos a este diario, los horarios de la siesta, la media mañana y los fines de semana son los momentos de más barullo.

Por lo que describieron en ese barrio, el lío se puede extender durante varias horas, con algunos intervalos de silencio, que terminan reducidos a algo mínimo. Para comparar al ruido, indicaron que “los cortes de moto suenan más bajito” que esas explosiones de motor.

El problema, cuentan con reserva de identidad, viene de hace años. Parece que la paciencia se colmó, después de innumerables reclamos ante la Policía.

Por lo que señalaron, lo más usual es que la gente llama al 911, comunica la emergencia y “sin que aparezca ningún patrullero, paran el ruido. Pero eso dura solamente por el resto de ese día. Creemos que es obvio que alguien les avisa que están quejándose por el tema. Pero un día o dos después, el problema vuelve”, lanzó un hombre que, aunque vive a 50 metros del Belgrano, se aturde ante cada arrancada de esos autos, que “corren como si estuvieran en un autódromo”.

 

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