El Arzobispado de Paraná pidió perdón por los abusos del cura Illaraz

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El Arzobispado de Paraná pidió “perdón” porque “no supimos cómo abordar el problema y actuar de una manera completa, o lo que hicimos resultó insuficiente”, en una declaración difundida a pocos días de que comience el juicio por abuso de menores al cura Justo José Ilarraz.

La declaración de la Iglesia local, que lleva el título “La Iglesia: por la Verdad, la Justicia y la Prevención”, sin dar nombres ni casos puntuales, destacó que “el abuso sexual es un hecho aberrante que genera nuestro absoluto y total repudio”.

También “rechaza de manera terminante este delito cometido contra menores, el cual debe ser juzgado tanto por la justicia estatal como por la justicia canónica, en la búsqueda del completo conocimiento de la verdad y la aplicación de justicia”.

La Arquidiócesis a cargo de Juan Alberto Puiggari se pronunció de este modo a pocos días de que se inicie el juicio al cura Ilarraz, a quien se juzgará desde el 16 de abril en la causa caratulada “Ilarraz, Justo José sobre promoción a la corrupción agravada”.

Al cura se lo acusa del presunto abuso de siete chicos, de entre 10 y 14 años, que cursaban en el seminario donde él se desempeñaba como preceptor.

El pronunciamiento de la Iglesia también se produjo luego de que deliberara en la capital entrerriana la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, que condenó, en un documento público, “el encubrimiento” de la iglesia a los abusos, entre otros puntos.

El documento del Arzobispado también se emitió 24 horas después de que el papa Francisco reconociera que tuvo “graves equivocaciones de valoración y percepción” en el caso de las denuncias por encubrimiento de abusos contra el obispo chileno Juan Barros.

Ayer el Arzobispado sostuvo que “lamenta profundamente el dolor y el sufrimiento padecido por las víctimas, sus familiares y allegados, quienes deben saber que siempre estamos dispuestos a acompañarlos solidariamente y brindarles nuestra contención pastoral, consuelo y oración en el proceso de la sanación de sus heridas”, y añadió que “durante todo este tiempo, transitamos un camino que se inició con la sorpresa, el desconcierto y el dolor, al tomar conocimiento de la situación planteada. No estábamos preparados. No supimos cómo abordar el problema y actuar de una manera completa, o lo que hicimos resultó insuficiente. Por esto, pedimos perdón, por no saber cómo”.

El documento reconoció que “se inició un largo proceso de reflexión, de entendimiento, de aceptación interior, de conocimiento y de acción. Hubo una evolución trascendente en nuestra forma de pensar y de actuar desde aquel entonces”.

A principios de mes, el Arzobispado dio a conocer un protocolo de actuación para evitar los abusos y, entre otras medidas, exige a los curas evitar estar a solas con niños y establece que la confesión se debe hacer con la puerta de la sacristía siempre abierta.

Próvolo
La Justicia apercibió a dos fiscales que recibieron las primeras denuncias por los abusos ocurridos en el Instituto Antonio Próvolo de Mendoza. Se trata de Mercedes Moya y Fernando Giunta, que intervinieron en el comienzo de la causa de abusos, en la que están involucrados sacerdotes

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