Raúl Horacio González
Edición Impresa | 25 de Abril de 2018 | 02:40

Reconocido en los círculos tradicionalistas como destacado bailarín, apasionado intérprete del bombo, y habilidoso bastonero, falleció Raúl Horacio González. Tenía 77 años.
Platense, había nacido como marcado por la alegoría de la fecha, un 25 de Mayo -de 1940-; fue el hijo mayor de Máximo González y Juana Laborda. Desde chico mostró una fuerte inclinación por las danzas nativas: era un nene cuando comenzó a dar los primeros pasos del repertorio folclórico.
Su padre, sodero, necesitó de su ayuda en el reparto a domicilio y así, muy joven, comenzó a trabajar. Al llegar a la mayoría de edad ingresó al Comando Radioeléctrico de la Policía y en ese cuerpo trabajó hasta 1976.
Para entonces, se había casado con Elena Ocaña y era padre de los 6 hijos que tuvo la pareja. Ingresó al municipio de Ensenada, donde se desenvolvió primero en Mantenimiento del Parque Martín Rodríguez, y luego, hasta jubilarse, como, letrista, ya que era muy buen dibujante. Se enamoró de esa ciudad y del empleo que le permitió mantener a su numerosa familia.
Fue dilatada su vinculación con el folclore. Por años acompañó al trío vocal “Los Ranquelinos”, como pareja de danza, malambista y presentador. Socio desde muy joven de la agrupación tradicionalista “La Montonera” (donde fue secretario), integró, representándola, la comisión de Festejos del Centenario de La Plata.
Lo respaldaba una sólida carrera, pues en los años ´70, con el impulso de los Pericones que comenzaron a bailarse masivamente, se erigió como bastonero. Los encuentros se realizaron, alternativamente, en escenarios de Plaza Moreno, la Colonia Municipal del Paseo del Bosque y el Fuerte Barragán. En el predio ensenadense, para el Bicentenario de la Revolución de Mayo, fue la voz de mando de una danza que reunió a unas 300 parejas.
Fue un padre devoto para Patricia, Néstor, Juan, María Alejandra, Lucio y María Inés.
En 1982, la Guerra le asestó un golpe que lo hirió para siempre: Néstor, que era soldado, murió en las Islas. Su hija María Alejandra viajó semanas atrás a Malvinas para identificar la tumba de su hermano. Raúl ya estaba enfermo, pero ese hecho, anhelado por años, alcanzó a otorgarle cierto alivio a la desgarradora pérdida.
Tuvo 12 nietos.
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