Con ropas de ABSA, prometieron verificar la calidad del agua y le robaron $500 mil

Fue en la esquina de 46 y 27, donde sorprendieron a una mujer de 60 años que sacó unas cajas a la vereda. También se llevaron joyas

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Faltaba un buen rato para el mediodía cuando Iponina Costa (60) salió ayer de su casa de 46 y 27 para sacar unas cajas de cartón, sin que se le cruzara por la cabeza que eso podía ponerla en riesgo, ni arrebatarle todos sus ahorros.

Es que dos delincuentes con ropas de la empresa ABSA aprovecharon la ocasión para ganar la escalera que conduce hacia los dos departamentos de la planta alta y meterse en el de Iponina, con la excusa de controlar la calidad del agua.

“Uno de ellos tendría 60 años y el otro 30 -recordó la víctima en una charla con este diario-; no me despertaron sospechas porque me dijeron que iban a controlar el nivel de cloro y de sarro que tenía el agua y hasta me mostraron un aparato para hacer esos controles. Me expresaron que el agua en la zona estaba saliendo turbia, que es lo que está pasando”.

El relato de Iponina dio paso luego a los aspectos más sorprendentes del episodio, ya que ella asegura que le robaron sin que se diera cuenta, por lo que supone que la adormecieron “con algo. Quedé como en estado de somnolencia, sin comprender lo que sucedía”.

Más tarde comprobó que los empleados de ABSA no habían ido allí para verificar el estado del agua, sino para revisar cada rincón hasta encontrar dinero y joyas.

En esa intensa búsqueda “me robaron arriba de 500.000 pesos que tenía de ahorros de toda la vida y que en parte iba a usar para afrontar unos pagos y abonar una operación que debo hacerme a raíz de un accidente”, explicó.

Los ladrones le robaron también “unos aritos y un pinche de oro” y está convencida que en el atraco debieron participar más personas, “por el gran desorden que dejaron en los dos dormitorios”.

Según Iponina, los falsos operarios apuraron la fuga cuando “llegó un empleado que venía a cobrarme la cuota de SUM (Servicio de Urgencias Médicas). Pasaron delante suyo y le comenté lo que había pasado, porque él mismo se dio cuenta de que estaba aturdida. Luego le avisé a una amiga y vino la Policía, que me contó que hace poco hubo un caso parecido en otra vivienda”, reflejó.

 

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