Pacientes a los que hasta una caricia les da dolor
Edición Impresa | 12 de Mayo de 2018 | 03:39

Mauro Quiñones
Centro Especializado en el Tratamiento Integral del dolor
Los pacientes con fibromialgia suelen llegar con mucho descreimiento tras haber visto a varios médicos que no pudieron dar respuesta a su situación. Y es que al no haber un estudio de laboratorio o por imágenes que permita confirmar la enfermedad, suele pasar tiempo hasta que se llega a diagnosticar. Lo que más caracteriza en general a estos pacientes, además del dolor permanente, es la fatigabilidad, el cansancio, la falta de ganas y de fuerzas..., pero también los trastornos del sueño y la rigidez. Muchos de ellos llegan además con cuadros depresivos o de ansiedad a causa de convivir durante años con el dolor, un dolor difuso de tipo músculo esquelético, tanto tendinoso como articular, que suele migrar por distintas partes del cuerpo. Dos situaciones que suelen definir muy bien a un paciente fibromiálgico es lo que se conoce como alodinia, es decir que ante un estímulo no doloroso, como una caricia, esa personas sufre dolor; y la hiperalgesia, una amplificación del dolor que hace que cualquier cosa les duela más. Aunque se trata de una enfermedad crónica, se la puede controlar. Pero lleva tiempo y requiere un enfoque multidisciplinario que abarca desde un tratamiento farmacológico hasta rehabilitación y terapia conductual.
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