Una floja temporada del Pincha marcada por malas decisiones
Edición Impresa | 13 de Mayo de 2018 | 04:12

Estudiantes está cerrando una temporada 2017/18 para el olvido, la cuál increíblemente aún puede salvar sí el próximo 24 de mayo vence a Nacional de Uruguay por una diferencia de dos goles o más y clasifica a los octavos de final de la Copa Libertadores. De conseguirlo, sería el único objetivo que haya cumplido, ya que después no anduvo derecho en la Sudamericana del año pasado ni tampoco en el campeonato de la Superliga que cerrará mañana con su visita a Rosario Central. En este contexto, y a la hora de hacer un análisis de lo ocurrido, uno de los principales causantes de este flojo rendimiento futbolístico fueron las malas malas decisiones tomadas con respecto a la elección del entrenador y el armado del plantel.
Todo comenzó en julio del año pasado, cuando la comisión directiva tomó la decisión de dar un golpe de timón con respecto a la política de técnicos y contrató a Gustavo Matosas, un hombre de perfil alto que venía de dirigir distintos equipos de todo el mundo. En la temporada anterior el equipo no había logrado clasificar a los octavos de la Libertadores, pero tenía como objetivo en la segunda parte del 2017 llegar lo más lejos posible en la Sudamericana que finalmente terminó ganando el Independiente de Ariel Holan.
La historia empezó más que bien, con un triunfo en la altura de Potosí ante Nacional y el posterior pase a los octavos de final pero, a partir de ese momento, todo empezó a hacer cuesta arriba. En la Superliga, el debut fue con victoria agónica 2-1 ante Arsenal, pero después Matosas no volvió a ganar. La eliminación en la Sudamericana en manos del Nacional paraguayo terminaron sentenciando la suerte del entrenador uruguayo, quien nunca se entendió con el plantel y se fue más rápido de lo pensado de City Bell.
Ante esta situación, con la disputa solamente del campeonato doméstico hasta el final del año, la dirigencia apostó por Lucas Nardi. El entonces entrenador de la Reserva, quien tenía trayectoria como formador de la mano de Claudio Vivas, era muy bien visto por los encargados del fútbol profesional y todo parecía indicar que no iba a ser solamente un interinato. Pero unos viejos tuits criticando a Carlos Salvador Bilardo provocaron la furia de los hinchas, que hasta marcharon a la Sede Social para pedir su salida, que al día siguiente fue anunciada por Sebastián Verón.
Ante este incoventiente se tuvo que hacer cargo del equipo Leandro Benítez, quien meses atrás había tenido un exitoso interinato con tres triunfos en tres encuentros. Pero en esta ocasión la suerte no estuvo de su lado, y la mala racha albirroja se extendió con una derrota por 3-1 frente a San Lorenzo en el estadio Centenario de Quilmes.
Días más tarde de dicha derrota, la CD confirmó a Lucas Bernardi como el nuevo entrenador, decisión que los hinchas no tomaron de la mejor manera por la supuesta “escuela futbolística” del DT. El rosarino le cambió la cara al equipo en un comienzo, pero después anduvo por las aguas de la irregularidad y cerró el año con la esperanza de tener un 2018 mucho mejor.
UNA PRETEMPORADA MOVIDA CON UN MERCADO POCO FRUCTÍFERO
La pretemporada de verano de Estudiantes no fue para nada tranquila, especialmente por la decisión de Lucas Bernardi de relegar a una segunda línea de consideración a jugadores como Israel Damonte, Mariano Pavone y Gastón Fernández. El primero decidió marcharse a Huracán, mientras que los otros dos fueron suplentes en la mayoría de los encuentros del semestre (la Gata, para colmo, se lesionó).
En cuanto al mercado de pases, el mismo no fue para nada fructífero para el equipo: Gastón Giménez no estuvo mal pensado, pero hasta el momento no rindió no lo esperado y hasta terminó siendo suplente; Fabián Noguera llegó para pelearle un puesto a Jonatan Schunke y casi ni estuvo en cancha; apuestas como el ecuatoriano Jacob Murillo y el colombiano Andrés Escobar demostraron poco y nada cuando tuvieron una oportunidad; y Matías Laba llegó lesionado y aún no concentró.
El buen arranque de año, tanto en la segunda parte de la Superliga como en la Libertadores, hizo olvidar el turbulento receso por unas semanas, pero las nubes negras volvieron aparecer tras una racha negativa que tuvo como punto de comienzo la derrota ante Godoy Cruz en La Plata. Bernardi se terminó yendo por la puerta de atrás, insultado por todo el Ciudad de La Plata, con un equipo afuera de la zona de copas internacionales en la Superliga y comprometido en la Libertadores.
¿Y ahora? El plantel sabe que puede salvar las papas pasando octavos pero, sin dudas, la dirigencia no puede volver a errarle en la elección del entrenador y los refuerzos si quiere tener una temporada 2018/19 favorable.
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