“Cántaro”: una reflexión desde la danza, la música y la tecnología sobre la crisis del agua

Bajo la dirección de Rodrigo Quevedo Fuente, la compañía Zambaigos estrena su espectáculo multidisciplinario

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La compañía de música y raíz folclórica Zambaigos, bajo la dirección de Rodrigo Quevedo Fuente, estrenará el sábado a las 22 en Sala 420, 42 entre 6 y 7, “Cántaro: voces del agua”, un espectáculo multidisciplinario que busca generar conciencia sobre la crisis de este recurso natural, su relación con el hombre y cómo, a lo largo del tiempo, ha transformado el paisaje geográfico y cultural de algunos pueblos.

Con doce artistas en escena, esta propuesta apela al cruce de lenguajes para generar una producción de alto impacto visual, gracias al mestizaje de la danza de raíz folclórica, la música en vivo, las proyecciones en interacción con los intérpretes y las composiciones electroacústicas.

En diálogo con EL DÍA, el director, nacido en San Luis, contó que la idea de este espectáculo nació hace dos años, a partir de exploraciones por diferentes terrenos artísticos, en los que el agua, como temática, comenzó a ser interpelada hasta delinear el enfoque que querían contar.

Conscientes de que el arte “es un hermoso canal para generar reflexión”, porque entiende que “nos motiva a hacer, reflexionar y compartir nuestras miradas”, se arriesgaron a producir un espectáculo reflexivo sobre una temática real y actual, que muchas veces no tenemos en cuenta.

“El mensaje de esta obra es que estamos en crisis, que necesitamos despertar nuestras conciencias. Barrios de la ciudad de La Plata, sin ir más lejos, hace pocos días se volvieron a inundar. Entonces, ¿qué estamos haciendo? ¿Qué pasa con las construcciones? ¿A dónde se construye? ¿Qué pasa con el clima? ¿Cómo estamos afectando? ¿Qué cosas suceden en nuestro país que no nos enteramos desde las políticas estatales hasta las acciones cotidianas de los ciudadanos? Hay falta excesiva de agua en algunos lugares; zonas inundadas en otros; ríos contaminados; también hay comunidades que vivieron en armonía y equilibrio con la naturaleza... Entonces, ¿qué podemos tomar de ellas para resignificar e ir en búsqueda de un nuevo equilibrio en este presente y esta realidad que vivimos?”, explicó el director.

Según remarcó, la idea del grupo con este espectáculo “es ir hacia los límites de nuestros saberes, no meternos más allá de nuestros territorios y siempre con mucho respeto y mencionando de dónde nos inspiramos o tomamos material para componer”.

A la hora de llevar todo el material a escena, la compañía partió “de la base que nos provee la danza folclórica argentina tomando también como referencias danzas y ritmos de culturas originarias de nuestro país, utilizando sus códigos y sumando otras técnicas de danzas, para componer las coreografías que le dan el sustento corporal al relato”.

Según contó el director, “textos de poetas, letras de diferentes referente musicales como Ramón Ayala, Sandra Amaya, Roberto Roldán, composiciones musicales de Raúl Barboza, las geografías con su flora y fauna inspiradora de los universos donde transcurren los micro-relatos, nos dan el impulso creativo para explorar y luego componer a través de diferentes técnicas para la escena”, destacándose la puesta en juego “la voz de los bailarines, contenidos de acrobacia, elementos que cumplen diferentes funciones tales como instrumento musical, arma de defensa, parte del vestuario, extensiones físicas, etc”.

No es “Cántaro: voces del agua” una propuesta para especialistas en la música y la danza. Su tipo de enunciación, aclaró el director, “no está únicamente dirigido a cautivar el público especializado sino que apunta también a ampliar ese espectro incluso hacia el público más joven ya que integra recursos expresivos basados en medios tecnológicos novedosos, y también aborda la composición coreográfica desde una estética contemporánea”.

En este sentido, analizó que con este espectáculo se pone en diálogo, además, el pasado y el presente del folclore más tradicional, “ya que por lo general la danza o el arte folclórico está pensado siempre desde un lugar pasado, rural, y representativo, pero en realidad está vivo, vigente, y en constante evolución”.

Por último, el director consideró que esta obra, de cierta forma, es una invitación “para conectarnos con nuestras raíces, con nuestra historia, y con el presente desde un lugar de reflexión”.

“El arte es un hermoso canal para generar reflexiones, nos motiva a hacer y compartir miradas”

 

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