“Son ilegales como la venta ambulante y deben ser controlados y fiscalizados”

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Dueño de tres locales de ropa, comerciante desde hace 40 años y presidente de la Cámara de Comercio de calle 8 y adyacencias, Guillermo Salvioli es contundente cuando se le pregunta acerca de la actividad comercial mediante showrooms en casas o departamentos: “Para nosotros, eso es tan ilegal como la venta ambulante, y creemos que debe ser fiscalizado y controlado”.

“La gente que vende productos de ese modo no paga el alquiler de un local, ni impuestos, ni costos fijos como habilitaciones, sueldos… son personas que nunca tuvieron un comercio o lo tuvieron y se fundieron, y luego se han volcado a esta actividad ilícita”, advierte el dirigente. “Es bueno aclarar que el concepto de showroom lo crearon las grandes marcas para mostrar sus colecciones de cada temporada a los comercios minoristas. Así, en una casona, o en un local grande, a puertas cerradas, se muestra una prenda o un producto de cada artículo y cada uno anota lo que va a comprar, pero claro, cada uno con su factura y en las modalidades comerciales que marca la ley. Pero esto se ha desvirtuado y ahora hacen esa farsa que llaman showroom para vender más barato y sin costos fijos; es ilegal como el vendedor ambulante, como las ferias de los cafés y las de las plazas. No hay absolutamente ningún control… pero en esta ciudad todavía no se está gobernando; nadie hace nada. Es hora de que la intendencia se calce los pantalones largos y empiece a clausurar y controlar todas las actividades ilícitas. Porque acá, los más perjudicados siempre somos los que tenemos todo en regla y somos generadores de trabajo en blanco”.

“Las compras de ese tipo de emprendedores también son dudosas”, apunta Salvioli: “Hay productos importados ilegalmente, fruto del contrabando. Los diseñadores o la gente que tiene una pequeña fábrica, también tiene que tener su taller habilitado. Eso es básico, todos lo sabemos. Pero sin controles, cada uno hace lo que quiere. Se tienen que clausurar esos espacios, tal como las fiestas clandestinas, por ejemplo. Entendemos que es un método de supervivencia, que la gente se tiene que ganar la vida de algún modo, pero que no sea éste. Los comerciantes estamos esperando que el municipio se haga cargo de esto y lo pare un poco. Y por supuesto, la Cámara de Comercio local y la Federación Empresaria también tendrían que exigirlo”.

 

 

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