Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
La Ciudad |Un FENÓMENO EN EXPANSIÓN en la Ciudad

Crece la venta en “showrooms”, entre la novedad y los reparos de comerciantes

Convertir la casa o el garaje en un escaparate para ofrecer distintos productos, y publicitarlos en las redes o en WhatsApp está en auge

Crece la venta en “showrooms”, entre la novedad y los reparos de comerciantes

Brenda “mueve” su negocio prácticamente por Internet. Montó un “showroom” en su taller, donde confecciona prendas

CECILIA FAMÁ cfama@eldia.com

21 de Mayo de 2018 | 02:15
Edición impresa

Territorio fértil para el desarrollo de modalidades de comercialización no convencionales, La Plata asiste desde hace algunos años a un “boom“ de emprendedores que deciden cumplir el sueño de la tienda propia en departamentos, quinchos o garajes, para ofrecer desde allí todo tipo de productos: indumentaria, zapatillas importadas, decoración, moda, cosmética y otros rubros. Originalmente caracterizados como una alternativa informal para generar ingresos adicionales, a partir de la reducción de costos -en general no se pagan alquileres, impuestos ni sueldos de empleados-, se multiplican y evolucionan en algunos casos hacia instancias más sofisticadas, con ambientaciones y estructura logística que involucran a familias enteras.

La clientela de este tipo de espacios aumenta cada día, gracias a su flexibilidad. Se pueden hacer los pedidos online, ofrecen servicio puerta a puerta, los precios suelen ser más baratos que en los locales y frecuentemente son negociables, y muchos de los artículos se pueden probar en el ambiente de los showrooms. Pero esta “bonanza”, como todas, tiene su contracara: el resquemor de los comerciantes “a la calle” y de actores del sector inmobiliario. Los primeros padecen la competencia mientras deben costear cuantiosos gastos de habilitación e impositivos; los segundos ven cómo, en un contexto de turbulencias económicas, cada vez más locales aptos para su uso como negocios quedan sin alquilar.

“El showroom es una actividad ilícita para nosotros; es igual que la venta ambulante”, sentencia Guillermo Salvioli, presidente del Centro Comercial de calle 8 y adyacencias (ver Pág. 17).

Del otro lado del mostrador, Florencia, quien tiene una tienda virtual de productos de decoración, asegura que “con los costos fijos que hay que afrontar, tener un local se hace imposible; y éste (por los ‘showroom’) es un recurso para poder tener un dinero extra todos los meses, que en estos tiempos de crisis viene bárbaro”.

Estas dos realidades contrapuestas en el mundo de la oferta, no parecen quitarle el sueño a muchos que habitan el de la demanda. “Si tengo tiempo, recorro el centro y busco alternativas, me pruebo ropa, recorro; pero si estoy a las apuradas, voy el sábado a la tarde a algún showroom y resuelvo con algo lindo, barato y en forma práctica”, advierte Constanza, una platense habitué de las tiendas en departamentos, resumiendo la postura de la mayoría de los clientes.

VIDRIERAS VIRTUALES

En la sala de espera del médico, en horas de insomnio por la madrugada, viajando en tren o en colectivo, hoy en día se puede acceder a cualquier vidriera virtual de los emprendedores que arman showrooms para mostrar su mercadería. Buscan ser atractivas, con fotos tentadoras, variadas, con prendas, zapatos o carteras de moda nacionales e importadas. Y seducen por los precios.

Así, desde la comodidad de la cama o en tiempos libres, uno puede elegir algo que le guste, hacer clic en “enviar mensaje”, tanto en Instagram como en Facebook, preguntar por talles y colores, y acordar una cita para ir a probarse y comprar.

También se puede comprar directamente: ante el visto bueno de ambas partes, el producto llega a casa en horas, o al otro día, a veces posnet mediante, y si no en efectivo. Pero el mecanismo es simple y práctico, a tono con los tiempos tecnológicos que corren.

Florencia tiene una “tienda” de decoración junto a dos de sus primas. Vende productos deco, de cocina, bazar y utensilios a través de redes sociales y en ferias. Estima que mensualmente, entre las dos actividades, facturan entre 10 y 12 mil pesos. “No es mucho, pero para nosotras es un extra, que viene bien. Además, nos mantiene unidas y entusiasmadas con algo lindo”, confiesa. “Hace dos años, en una oportunidad intentamos tener un localcito en Los Hornos; siendo monotributistas, regularizando las ventas... Pero pudimos sostenerlo sólo seis meses. El alquiler era muy caro, y además tenía que estar alguna de nosotras constantemente en el lugar y hoy eso no rinde. La gente quiere comprar de manera cómoda: consulta, confirma la operación y nosotras se lo llevamos a la casa, al trabajo, adonde quiera, siempre que sea en el radio de La Plata. Y si no, lo pasa a buscar cuando le convenga”, detalla Florencia, que almacena su stock en estanterías en la casa de sus padres.

La manera en la que se montan estos showrooms, sea en departamentos, en quinchos u otros espacios, intenta ser vistosa y atractiva. Los productos están en percheros, a veces en maniquíes, o dispuestos como en una mesa, si son de decoración o bazar. La atención es personalizada. Nunca falta un café, un té, una charla con el cliente sobre la fiesta en la que vestir tal o cual prenda; acerca del “running”, en el caso de las zapatillas y la ropa deportiva; o de los gustos en cuanto a estilos para decorar la casa. El ambiente distendido; una compra relajada, con tiempo, con cita previa, con un precio “charlable” si se lleva más de un producto, son algunas de las virtudes que encuentran los visitantes habituales de este tipo de espacios de venta.

“Nosotras le recargamos un 30 o 40 por ciento al precio de costo de las cosas; más no”, sostiene Florencia, que compra en Once, en el Tigre, o a mayoristas virtuales. “Tanto para mí como para mis primas es un hobby; todas tenemos otros trabajos, pero nos encanta hacer esto: subir las fotos a Instagram, comprar y vender cosas que nos gustan. A la gente le resulta cómodo y práctico y para nosotras es una actividad redituable que hacemos en nuestro tiempo libre”, resume, contando que hoy en día “lo que más sale son los productos de repostería: moldes, mangas, cortadores de masa”.

Soledad, que tiene un showroom céntrico y también realiza venta online de productos de decoración y set “materos” desde hace años, asegura que nunca tuvo local. “Empecé a hacer esto con una socia, pero ahora estoy sola” recuerda: “Tenía un depósito donde almacenaba todo y hacía envíos a particulares o negocios de La Plata y del Interior. Pero después lo aggiorné un poquito, porque a la gente le gusta venir y ver más cosas, entonces ahora tengo un departamento, que antes era mi estudio contable: lindo, coqueto, con todo bien acomodadito, la mesa armada. Eso a la gente le encanta. Viene a buscar lo que compró en línea o lo que vio en Instagram, y siempre se lleva alguna cosita más… se tientan”.

La atención es siempre con cita previa. El departamento-showroom es bastante céntrico, y Soledad los fines de semana trata de estar en la zona para atender la demanda de su clientela. Le mandan mensaje o escriben, y ella se acerca al lugar si es que aún no está ahí. También hace entregas a domicilio. “Ahora la venta está tranqui, pero bueno, para mí es un ingreso extra. Y tengo temporadas de buenas ventas. Desde que me dedico a esto siempre fue así: se mueve tranqui y hay fechas clave como el Día de la Madre, del Padre o las Fiestas, con muy buen movimiento”, cuenta Sole, mientras acomoda los individuales con forma de hoja, bajo los platos de cerámica y las copas para que quede todo “armadito y lindo”.

Mariana, “consumidora compulsiva” –según se declara- de este tipo de venta, resume su situación en pocas palabras: “Tengo un centro de estética, estoy con pacientes de 8 a 19. Entre turno y turno, miro algunas cosas en el celu, encargo las cosas y me las traen mientras estoy atendiendo. Es como un delivery de comida, pero de ropa u objetos. Lo que necesitás, o lo que te gusta, lo tenés en el mismo día en tu casa o en tu lugar de trabajo y además, mucho más barato. Yo casi ni voy al centro. Lo que más compro es bijou y accesorios. Y a veces se copan mis pacientes y pedimos collares o anillos entre varias”.

SIN GRANDES INVERSIONES

Navegando por Internet se encuentra de todo: no solo productos a la venta, sino también tips para armar showrooms, en páginas destinadas a emprendedores. Así, puede leerse: “Elige un espacio adecuado. Hazte algunas preguntas antes de escoger el lugar para el showroom. ¿Tiene fácil acceso? ¿Se encuentra en una zona muy transitada? ¿El público cercano es de interés para tu negocio?”, además, habla sobre la selección de productos: “En este punto deberás procurar que se trate de productos originales y atractivos, marcas de calidad que presenten cierta diferenciación respecto al común del mercado. Así, los visitantes encontrarán productos que creerán que merecen la pena”.

En esencia, un showroom es un área estratégicamente acondicionada para exhibir productos. Y su impronta tiene que ver con la mercadería que ofrece, y a quiénes apunta. La comunicación es clave para el lanzamiento de la propuesta. Los expertos aconsejan “diseñar un plan de comunicación que garantice la máxima asistencia”; “pensar bien en los tiempos -dos o tres meses suelen ser necesarios para poder extender por varias vías, y medios de comunicación tradicionales como folletos y anuncios, la celebración del evento-”; “otorgar la debida importancia a las redes sociales e Internet, como plataforma de promoción”; y dejar la atención “a cargo de no más de dos personas, que deben ser especialistas en su campo, conocer las marcas y los productos a la perfección”.

Un poco desde la intuición y otro poco basándose en experiencias porteñas de la época, Sabrina comenzó a confeccionar ropa interior femenina, pijamas y mallas allá por 2007. Estaban en auge las ferias en la plaza Serrano porteña, en Palermo, y en nuestro medio empezó a hacerse la Feria en la Esquina, en los bares de Meridiano V. “Estuve en esa feria hasta 2011, los fines de semana”, repasa. “Vendíamos un montón, fue una buena época para todos los diseñadores. Pero después fui mamá y armé un showroom, primero en otro lugar, y ahora lo tengo en Tolosa, debajo de la casa de mis padres. Es como un pequeño local, con taller, que abro sólo los jueves, algunas horas por la tarde. Ahí atiendo, tomo medidas, entrego pedidos”.

“Lo cierto es que desde el año pasado bajaron mucho las ventas. En 2016 estuvo casi parado todo. Di de baja el monotributo, el posnet y casi cierro todo, pero en el verano, con las mallas, repuntó un poco la cosa. Publico los modelos en las redes sociales y la gente me pide o se viene a medir. Funciono bastante como una modista, a medida. Ahora en esta época pasa lo mismo con los pijamas. Eso me alienta a seguir; pero hoy en día es imposible asumir todos los costos tributarios, o de un local. Yo trabajo todos los días en una oficina, de 8 a 16, y los jueves, mi marido ya sabe que dedico la tarde a lo mío: a mí me encanta y tengo una linda clientela a la que le gustan mis cosas. Es una actividad que me encanta”, se entusiasma Sabrina, que en pocos meses será mamá nuevamente, pero no abandona nunca la moldería, los cortes de telas, las perchas. Su espacio -todos sus espacios, hasta cuando vendía y tenía el taller en su casa- son encantadores, con paredes pintadas en colores pastel; lámparas con caireles; flores en jarrones, unos percheros que explotan de colores y cientos de modelos de culottes, corpiños y pijamas para adultos y niños.

Apasionada por los detalles y perfeccionista también es Brenda, una diseñadora de indumentaria que desde hace un par de años lanzó su emprendimiento de moda en un local familiar. Se ocupa de cada proceso de su marca: la elección de las telas, el diseño de las prendas, la confección, las campañas gráficas en cada temporada, y la atención al público desde las redes sociales y en su showroom, que es también su taller. Allí pasa gran parte del tiempo y el espacio está abierto los días de semana, pero son los sábados cuando ella invita a conocer las prendas, a acercarse a disfrutar un momento con amigas, y tienta a la clientela con algunas promociones apuntadas a la venta comunitaria o a llevarse más de un producto: 3x2 en camisas, por ejemplo, al finalizar cada temporada.

Brenda “mueve” su negocio prácticamente por Internet. Publica a diario las fotos que produce junto a un fotógrafo y una modelo, siempre en locaciones distintas. Hace un book de imágenes por colección y se ocupa al detalle de su publicación en las redes: Instagram, dice, es hoy desde la que más consultan. De hecho, ha creado en los últimos meses el ícono de una bolsa, para que cliqueando allí se desplieguen los precios y detalles sobre cada producto. Otro clic más, y el usuario conecta a la tienda virtual, con compra directa a través de tarjeta de débito o crédito. Esta modalidad no es tan frecuente aún en Argentina, pero ya está instalada en Estados Unidos y Europa, y puede verse en cualquier cuenta de grandes marcas de indumentaria o decoración; incluso en productos de autor y tiendas de museos.

Los “instagrammers” están al día con las novedades. Y los consumidores, atentos a todas las comodidades. Tal vez en ese vínculo furiosamente contemporáneo radica el éxito de los showrooms. Desde un smartphone y deslizando un dedo, se pueden ver cientos de vidrieras virtuales hasta encontrar lo que se busca. Con un clic se concreta una cita en día y horario a convenir. Y en un departamento con café mediante, uno se prueba lo que desea, mira algunas cosas más, y vuelve contento a casa con sus bolsas. Desde zapatillas deportivas y vestidos de gala, hasta botas de última moda o un simple colador de pastas. Así funcionan estas zonas francas “sui generis”, estos shoppings puertas adentro.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia

Brenda “mueve” su negocio prácticamente por Internet. Montó un “showroom” en su taller, donde confecciona prendas

Los productos A la venta son expuestos en departamentos o garajes

Los productos A la venta son expuestos en departamentos o garajes

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $1870

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2880

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $1870.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla