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Docencia y huelga


Félix A. Alvira, asegura: “Fui docente más de 40 años y hoy padre y abuelo. Digo lo que aprendí. Opino que mis colegas equivocan el procedimiento, castigan al niño, lo privan del pan para la inteligencia, del aprender a convivir, de la instrucción y educación.- La escuela es el segundo hogar, pero ella siempre está, no abandona a sus hijos.- ¡Y miren que padece cosas!- Hay otros recursos: huelga de hambre, guardias de protesta en la escuela fuera de horario, etc. Defender sus derechos es educar y sin dañarlos darían testimonio de amor a ellos y a su vocación docente.- Pero atención con las contradicciones: le enseñamos la asistencia, y sus maestros no cumplen, está fallando la ejemplaridad.- La huelga provoca un daño irreparable. ¿Será por esto que estamos tan bajos conforme a pruebas conocidas? Una más, lo estimo importante; la alegría de los chicos expresada en sus idas y venidas a la escuela. Sin clases, la tristeza gana la ciudad.- A la seguridad, la salud y la docencia no les cabe este modo de reclamar. Priman valores que son prioritarios. Si ajustan su actuación, la sociedad los acompañará. No me imagino a nuestro ‘Padre del Aula’, al ‘Sarmiento Inmortal’ haciendo paros”.

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