Sobre la hora lo empató y al “diablo” con la racha negativa
Edición Impresa | 7 de Mayo de 2018 | 04:47

Por WALTER EPÍSCOPO
wepiscopo@eldia.com
Gimnasia llegó al Estadio “Libertadores de América” con sus ilusiones a cuestas y varios ítems por cumplir. Con un técnico interino y con la idea de cambiar la pésima imagen dejada por el equipo en la última presentación que había tenido en Córdoba frente a Talleres, que le terminó costando el puesto a Sava. En estas semanas de trabajo, Darío Ortíz, encargado de pilotear el equipo en los últimos tres partidos de esta Superliga Argentina de Fútbol, trató de recuperar la confianza, levantar desde lo anímico a un plantel con la moral por el piso. Y se puede decir, que en su primer partido, lo logró.
El Lobo empató frente a Independiente 2-2 en Avellaneda, por la 26° fecha del torneo, y se volvió para nuestra Ciudad con una serena alegría. La felicidad pasó por cortar la racha de seis derrotas consecutivas y demostrar (y demostrarse), que le podían jugar de igual a igual a cualquiera, inclusive, al conjunto de Ariel Holan que desarrolla un buen fútbol, pero que a su vez comete errores. Igualmente no la tuvo fácil en algunos pasajes el conjunto albiazul donde parecía que se daría una nueva caída, a pesar de jugar con un futbolista más desde los 20 minutos del primer tiempo.
Los de Ortíz pudieron ganarlo, pero también perderlo, y se terminaron encontrando con un empate en tiempo cumplido que sirvió para esperar el partido frente a Boca, de otra manera.
MEJORÓ A TIEMPO TRAS UN MAL ARRANQUE
Toda la preparación de la semana, la idea de jugar y neutralizar a los hombres más peligrosos del local, duró apenas 10 minutos. Es que tras un pelotazo desde el fondo de Figal para Silvio Romero, se vendría la apertura del marcador. Romero se fue por derecha, llegó hasta el fondo y tocó hacia atrás para Martín Benítez que sin marca cerca del punto del penal, sacó un violento derechazo que se clavó en el ángulo derecho de Alexis Martín Arias que nada pudo hacer ante semejante fusilamiento. Con el 1-0, el Rojo se plantaba mejor en el campo, parecía que seguía con el envión “copero” y el Lobo con su caída libre.
Desde el banco, a puro grito el Indio intentó sacar a su equipo que estaba muy retrasado. Lo fue consiguiendo de a poco, y tan solo diez minutos después del gol local, Nicolás Contín que recibió una pelota desde mitad de cancha en profundidad agarrando mal parado al fondo de Independiente. El delantero se iba con pelota dominada cara a cara con el arquero, pero Figal lo agarró, el “nueve” Tripero cayó dentro del área y el árbitro Trucco cobró penal y además expulsó a Figal.
Desde los doce pasos acomodó Brahian Alemán. Carrera corta del uruguayo, violento remate, alto, al medio, venciendo a su compatriota. Iban 20 minutos, las cosas estaban empatadas otra vez, y Gimnasia tenía uno más. Sin notarse es hombre demás, pareció reacomodarse el Lobo en sus líneas y empezar de nuevo. Independiente manejaba la pelota pero ya no inquietaba tanto a Martín Arias.
Antes del cierre, el Mono Gómez (de buen partido) probó al arco y la pelota se fue desviada. Pudo haber sido más peligrosa, pero el juvenil optó por el remate antes de buscar el pase a un compañero mejor ubicado. Los platenses “empardaban” las cosas en tierra del Diablo.
EL LOBO FUE UN TANQUE
Ortíz entendió que el uruguayo Dibble no estaba haciendo las cosas bien (encima estaba amonestado) y por eso en el entretiempo lo sacó. Entró Ezequiel Bonifacio, que le daba tanto marca como ataque por el andarivel derecho, pero sobre todo ataque. Con el correr de los minutos Gimnasia se dio cuenta que si apretaba el acelerador, podía llevarse los tres puntos. Y fue por eso. El pibe Matías Melluso (en su segundo partido como titular) y Matías Gómez (el primero jugando de entrada) complicaban por izquierda, y arriba Contín se las ingeniaba para generar peligro.
Y el Tanque Contín (que jugó su mejor partido en Primera), tuvo dos chances claras, que el buen arquero del Rojo, Campaña, evitó con buenas reacciones. El Perla Ramírez reemplazó a Alemán (salió tras un fuerte golpe) y Ortíz hizo debutar a Patricio Monti (volante central) en lugar del Mono Gómez. Promediaba la etapa, Gimnasia estaba bien parado atrás, no sufría, y de vez en cuando le daba un susto a la parcialidad local.
Como a los 25 minutos, tras un tiro libre pasado desde la izquierda de Nicolás Colazo, Maximiliano Coronel que la baja de cabeza para el medio del área y Contín que remata al arco, pero una vez más Campaña que aparece arrojándose hacia su derecha evitando el gol.
El local tuvo algunas aproximaciones con Benítez, Gigliotti y Meza, controladas por Alexis, pero lo cierto es que cuando Gimnasia hacía méritos como para pasar a ganar el partido, sobre los 33 minutos, el lateral Bustos que se manda al ataque por derecha, habilita a Maxi Meza que llega al fondo y saca un centro al corazón del área chica por donde aparece el Puma Gigliotti (había entrado a los 16 minutos por Romero) para empujar, entre Guanini que cerró al primer palo y Oreja que venía acompañando la jugada por atrás, y con Martín Arias sin respuesta.
Las cosas otra vez estaban para los de Holan que necesitaban los tres puntos pensando en la clasificación a la Copa Libertadores 2019. La ilusión parecía derrumbarse otra vez para Gimnasia, ya no le quedaban cambios, perdía y los minutos pasaban.
Pero en el minuto 45 el Rojo se replegó peligrosamente, Fito Rinaudo (quien levantó su nivel) puso un milimétrico pase en profundidad para Colazo adentro del área. El ex volante Xeneize sacó el centro desde la izquierda y como uno “nueve goleador” apareció en la puerta del área chica Bonifacio que puso el botín derecho para vencer a Campaña y mandar la pelota al fondo del arco. Era el 2-2 y el grito de desahogo para todo Gimnasia, incluido el Indio Ortíz que fue expulsado por su festejo. Terminaban jugando de once, ocho nombres surgidos de la cantera del Club (Martín Arias en el arco; Guanini y Melluso, en la defensa; Bonifacio, Rinaudo y Monti, en el mediocampo; Ramírez y Contín, arriba).
Hubo abrazos y una serena alegría en el final. El empate ayuda a cortar las seis caídas y esperar los dos partidos que quedan con otra moral. Es que por lo mostrado, Gimnasia no merecía volverse otra vez con las manos vacías para nuestra Ciudad. Cuando pudo jugó, y cuando no, le puso entrega, actitud y corazón, algo fundamental que nunca puede negociarse. Algo que el Indio Ortíz también buscó que se haga carne en este golpeado grupo de jugadores que dentro de pocas horas ante Boca buscará dar el gran golpe, y volver a sonreír ante su gente.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE