El Tribunal de Cuentas ya no tiene número para emitir fallos y aplicar sanciones
Edición Impresa | 1 de Junio de 2018 | 02:33

El Tribunal de Cuentas se quedó sin el número mínimo de integrantes para poder funcionar. Es que ayer fue el último día de trabajo de uno de los vocales y el organismo quedó compuesto por sólo dos miembros de los cinco con que debería desempeñar su labor.
Quien se retiró ayer para acogerse al beneficio jubilatorio fue el vocal Gustavo Fernández. De esta manera, sólo quedaron en funciones el presidente Eduardo Grinberg y el otro vocal, Miguel Teilletchea.
Esta particular situación se registra a partir de que vacantes que se produjeron durante el gobierno de Vidal, no se cubrieron. La primera fue producto del fallecimiento de la vocal Cecilia Fernández, hacia fines de 2016. La segunda, tras la jubilación de Héctor Giecco, en abril del año pasado.
El Tribunal de Cuentas siguió funcionando con tres integrantes, pero con el alejamiento de Fernández ya no tendrá quórum para emitir fallos.
La cuestión es delicada en términos institucionales por tratarse de uno de los organismos de control previstos en la Constitución que revisa los gastos tanto de municipios como de organismos provinciales.
De acuerdo a lo que sostienen conocedores del funcionamiento del Tribunal de Cuentas, sus funciones quedarán fuertemente resentidas. “Podrían hacer un fallo y comunicarlo a la Legislatura como forma de cumplir, pero con un claro vicio de nulidad”, dicen, porque esa resolución no tendrá mayoría.
Y añaden: “El fallo no tendría efecto hacia terceros (municipio u organismos provinciales) y de esa forma los cargos y las multas no serían exigibles a los intendentes y ministros observados”.
Es la primera vez en la historia del funcionamiento del Tribunal de Cuentas que queda en esta situación que virtualmente le pone un freno a su funcionamiento.
Hasta ayer el Ejecutivo bonaerense no había enviado pliego alguno al Senado para cubrir las vacantes.
Esa demora obedecería a varios factores. Se habla, por caso, de alguna gestión fallida para que Grinberg , a quien diversos sectores quieren afuera del organismo de contralor, renunciara al cargo. Pero el histórico presidente del Tribunal de Cuentas logró el apoyo de un sector del radicalismo y se aferró a su sillón.
En las últimas semanas había trascendido que Vidal enviaría un solo pliego al Senado y que el nombre elegido era el de Fernanda Inza, a cargo de la secretaría Legal y Técnica. Pero esa propuesta nunca llegó, acaso, porque la funcionaria no tendría domicilio en territorio bonaerense.
Hace algunos meses la idea oficial pasaba por entablar una negociación con el peronismo dialoguista para cubrir algunas de las vacantes. Se decía que Vidal podría ceder alguna de ellas a la oposición como gesto por el apoyo en la Legislatura para la sanción, por caso, del Presupuesto 2018.
Pero hoy la relación entre el gobierno de Cambiemos y el peronismo dialoguista y el massismo no pasa por su mejor momento. En el oficialismo los acusan de jugar en tándem con el kirchnerismo.
Por eso se especulaba con el envío de un pliego para garantizar el quórum del Tribunal de Cuentas. Pero eso tampoco ocurrió.
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