“No estoy enojado ni dolido con Sampaoli”, reconoció Romero, ya operado y a días del Mundial
Edición Impresa | 10 de Junio de 2018 | 04:53

Era una fija en el arco más allá de nuevamente llegar sin continuidad a la cita mundialista. Sin embargo, una vieja lesión y una posterior operación, lo dejaron afuera de su tercer Copa del Mundo.
Luego de varios días sin hablar con los medios, Sergio Romero rompió el silencio y aseguró que no está “enojado ni dolido” con el DT del seleccionado argentino, Jorge Sampaoli, quien lo desafectó de la nómina de 23 jugadores que serán parte de la cita ecuménica.
“Chiquito” explicó que la recuperación de su rodilla derecha le hubiera demandado unos 10 días si se operaba de inmediato, pero entendió la decisión del entrenador, aún cuando restaban más de tres semanas para el debut ante Islandia en Moscú.
“No estoy enojado ni dolido con Sampaoli, cuando me dijo que no me podía esperar porque necesitaba un arquero que entrene todos los días lo tomé normal y seguí de la misma manera”, afirmó el arquero desde Barcelona, donde continúa su recuperación junto a su familia.
“Soy así, respetuoso de las decisiones. No me enojé, no lloré ni lo miré con cara de culo. Sí me calenté con los que dijeron, que yo quería ir igual al Mundial como parte del grupo”, afirmó.
UNA VIEJA LESIÓN QUE REAPARECIÓ EN EL MOMENTO MENOS OPORTUNO
Romero, de 31 años, ex mundialista en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, comentó que la lesión sufrida el pasado 22 de mayo en el predio de Ezeiza “es viejísima” y la trae de los tiempos como jugador juvenil de Racing de Avellaneda.
“En el año 2004 me operaron en esa rodilla y me quedó una partícula de cartílago suelto, que estuvo alojada sin molestarme en todo este tiempo. En el partido amistoso con España, en Madrid, sufrí un golpe muy fuerte que desestabilizó la rodilla y en el segundo entrenamiento de la selección, después de patear una pelota con el pie abierto, sentí un ‘crac’”, relató.
“Pensé que me había roto -continuó- pero los estudios que me hicieron demostraron que no. Ese pedacito de cartílago se había movido de atrás para adelante y bloqueó la articulación, por eso se me trababa la rodilla”, explicó.
Romero, operado esta semana en Barcelona, aceptó que ese día, el de la desafección del plantel, fue un “martes fatídico” y que le costó mucho digerirlo.
Por último, quien fue campeón mundial Sub 20 y medalla de Oro en 2008, le deseó suerte a sus compañeros.
Sin embargo, con la recuperación en mente, se mostró muy predispuesto a volver a ocupar el arco del seleccionado en un futuro próximo. “Soy parte de este grupo y me gustaría ser campeón del mundo”, completó el arquero que espera estar citado en los próximos compromisos nacionales, estipulados para septiembre de este año.
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